_
_
_
_
EL CAMINO HACIA LA PAZ

10.000 personas salen a la calle en el centro de Serbia para exigir la dimisión de Milosevic

ENVIADO ESPECIALNo fue una manifestación espontánea; es la primera que convoca la Alianza para el Cambio, un grupo de oposición, desde la derrota de Kosovo. Cerca de 10.000 personas salieron ayer a las calles de Cacak, pese a la visible oposición policial, para exigir la dimisión del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y la convocatoria de elecciones. "Es tiempo de elegir entre Milosevic y Serbia", declaró Zoran Zivkovic, el alcalde de Nis, la segunda ciudad del país, y vicepresidente del Partido Demócrata, uno de los principales de la oposición democrática.

Más información
El Pacto para los Balcanes se presentará en Sarajevo en julio
La discutible labor de los periodistas en Kosovo

Levantado el estado de guerra que impedía las manifestaciones callejeras, ayer comenzó en Cacak el verano del descontento con el que se enfrenta el derrotado Milosevic. Situada a 150 kilómetros al sur de Belgrado, esta pequeña ciudad fue ayer el escenario de la primera gran manifestación organizada contra el Gobierno de Milosevic. El presidente, en un intento por contrarrestar la ola de indignación, anunció ayer reformas económicas y la construcción de viviendas para todos antes de noviembre. "¡Que se vaya, que se vaya!"; "¡que renuncie, que renuncie!", coreaba la multitud cada vez que uno de los oradores de la Alianza para el Cambio mencionaba el nombre de Milosevic. La policía, que intentó impedir la protesta, bloqueó todas las carreteras que conducían a Cacak. "La manifestación es ilegal. Hoy nadie pasa", aseguraba un tanto ufano el jefe de un control sobre la carretera de Belgrado. "La ley soy yo", respondió el policía rascándose la ingle a la pregunta del periodista. A pesar de ello, miles de personas procedentes de otras ciudades de Serbia y periodistas extranjeros lograron romper la barrera por caminos secundarios y campo a través.

Sólo hubo un momento de sobresalto cuando un artefacto -similar a los que usa el Ejército en los simulacros de maniobras- estalló entre unos matorrales de la plaza principal de Cacak. "La policía quiere intimidarnos, pero jamás lo logrará", exclamó un joven dirigente sindical de Kraljevo. "¡Bandidos rojos!", replicó el gentío.

El clímax llegó cuando el alcalde de Cacak, Velimir Velja Ilic, apareció en la tribuna de oradores. Llevaba un mes en la clandestinidad; la policía de Milosevic había ordenado su captura, bajo la acusación de fomentar un movimiento de oposición. "Este Gobierno sólo ha traído vergüenza a nuestra patria", dijo ante una enfervorizada multitud que exigía libertad. A su lado apareció Sima Stokic, miembro del Partido Nueva Serbia que poco después fue detenido mientras distribuía panfletos en favor del incipiente movimiento democrático.

A diferencia de los años anteriores, la oposición parece ahora más madura y dispuesta a coordinar una campaña contra el régimen. La Alianza Cívica encabezada por el joven y carismático Goran Svilanovic actúa como paraguas de partidos menores. Su objetivo político es claro: lograr la dimisión de Milosevic, convocar nuevas elecciones y demostrar que la popularidad del presidente se ha evaporado.

Pero fueron las palabras del carismático Svilanovic las que lograron electrificar el ambiente. "Éste es el fin", proclamó en la tribuna. "Éste es el fin de Milosevic. Lo vamos a llevar a los tribunales", aseguró entre vítores. "¡Hay que enjuiciarlo!", fue la reacción de los manifestantes.

Vladan Batic, líder de los cristianodemócratas serbios y uno de los fundadores de la Alianza, dijo que la manifestación de Cacak era sólo el comienzo de un gran movimiento por la regeneración de Serbia. "Iremos de pueblo en pueblo, de casa en casa, de hombre en hombre encendiendo la antorcha de la democracia en Serbia". La Alianza tiene previstas manifestaciones similares a la de ayer en otras 20 ciudades.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_