INTERIOR DICE QUE EL ESTÍMULO ES FUERTE Aumentan las redes de inmigración ilegal del centro y este de Europa
La entrada en España de inmigrantes ilegales procedentes de países del centro y el este de Europa, a través de redes organizadas que estafan a quienes huyen de la miseria atraídos por falsas promesas de trabajos dignos y una vida mejor, ha experimentado un "incremento progresivo" en los últimos años en la provincia de Alicante, según ha reconocido el Gobierno. El largo viaje suele acabar en el mundo de la prostitución y el trabajo clandestino, y sólo la coo-peración policial puede poner fin al fraude.
Las noticias sobre la presencia en Alicante de redes mafiosas dedicadas al tráfico de trabajadores procedentes de países del este europeo, que en la mayoría de los casos son explotados y carecen de la mínima cobertura legal, motivaron al diputado Manuel Alcaraz, de Nova Esquerra, a plantear en abril al Ejecutivo que preside José María Aznar una serie de preguntas tendentes a conocer el alcance del problema y las posibles soluciones. Dos meses después, el Ministerio del Interior ha reconocido, por escrito, que la policía española ha observado un "incremento progresivo" de la actividad de estas redes de inmigración ilegal en la provincia de Alicante. Para el Gobierno, el estímulo de ciudadanos del centro y este de Europa a emigrar a países con mayor poder adquisitivo y más alto nivel de vida es "muy fuerte". Atraídos con falsas promesas de trabajos dignos y remunerados, en la mayoría de los casos acaban sin embargo ejerciendo la prostitución o inmersos en el clasdestinaje laboral. Las repúblicas resultantes de la extinta Unión Soviética, Polonia, Rumanía, Hungría, República Checa y Eslovaquia son los países de origen de estos inmigrantes. Los viajes se organizan desde el punto de partida al destino final, mediante redes de delincuencia organizada que cuentan con infraestructura de apoyo en los países de tránsito. La policía española sabe que en Polonia, Hungría y Rumanía, estas organizaciones reclutan a mujeres jóvenes para nutrir los prostíbulos de la costa mediterránea española, aunque las redes han diversificado su campo de actuación al descubrir una fórmula para obtener elevados ingresos "con relativo poco riesgo". Las periódicas oleadas de inmigrantes procedentes de estos países han alertado a las autoridades de la UE, que han incrementado los mecanismos de cooperación política, judicial y policial para luchar contra estas redes. España, a través de sus delegaciones consulares, ha incrementado la vigilancia para detectar fraudes en visados y permisos de residencia.
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