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Entrevista:

"El 90% de los alcohólicos sufre una herida narcisista"

"El 90% de los hombres alcohólicos sufre una herida narcisista desde la infancia, infligida por la imagen, real o percibida por el niño que luego sufrirá la adicción al alcohol, de una figura paterna autoritaria, despótica y exigente", afirma el psiquiatra Francisco Alonso-Fernández,catedrático emérito de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid.Alonso-Fernández acaba de asumir la presidencia de la Asociación Europea de Psiquiatría Social en el congreso que esta sociedad científica ha celebrado recientemente en Madrid. La herida narcisista no se produce sólo en los hombres. "En el caso de las mujeres, la herida narcisista aparece en el 60% o 70% de las alcohólicas, pero en este caso es por el hecho, siempre real, de una falta de entendimiento entre la hija y la madre", añade Alonso-Fernández,

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De bebedor a enfermo

Estos traumas de la infancia constituyen "un secreto reprimido, que sirve de núcleo para la organización de una personalidad insegura, inhibida, temerosa de los demás y privada de esperanza en el éxito". Según Alonso-Fernández, para el portador de una herida narcisista, el alcohol es el mejor bálsamo, porque le permitirá elevar su autoestima, desinhibirse y comunicarse con los demás. Y, sobre todo, descargar parte de su tensión emocional reprimida.

En su libro Los secretos del alcoholismo (ediciones Libertarias; Madrid, 1998) explica que los primeros pasos de la moderna concepción de la adicción al alcohol comenzaron a darse en el siglo XVIII; en el siglo siguiente se acuñó el término de alcoholismo y más tarde fue reconocido como enfermedad.

"El alcohol hace más daño físico, psíquico, familiar y social que todas las demás drogas juntas, y es la sustancia química adictiva que más agresividad y violencia genera en el ser humano", sostiene, rotundo. Alonso-Fernández identifica el mundo del enfermo alcohólico con "un laberinto mental, que tiene una vía de acceso atractiva, una trampa en forma de falsa promesa hacia la felicidad, y un callejón de salida tortuoso. Entre ambos extremos hay una red de sendas cubiertas por el sufrimiento, el deterioro progresivo, el riesgo de muerte precoz y las nocivas repercusiones sobre los demás".

El alcoholismo presenta numerosas y notables diferencias entre los dos sexos. De los aproximadamente tres millones de alcohólicos que hay en España, sólo 750.000 son mujeres. La razón principal es que las mujeres desarrollan una peor tolerancia al alcohol, porque en el estómago tienen menor cantidad de alcoholhidrogenasa, una enzima responsable de metabolizar esta sustancia.

Se observa que el 90% de las esposas de alcohólicos colabora activamente en el proceso de rehabilitación, en tanto que sólo el 10% de los maridos de alcohólicas acompaña a la esposa en su intento de curación. El restante 90% ha abandonado a la esposa alcohólica.

Otra diferencia es que el 25% de los hombres sufre depresión, mientras que entre las mujeres el porcentaje se eleva al 50% de las alcohólicas. Y entre los primeros, el alcoholismo es generalmente la causa de la depresión, mientras que entre las mujeres suele ser la consecuencia.

También en la vida sexual se observan diferencias. Por ejemplo, que el 90% de los hombres emprende relaciones con sus parejas cuando ya están instalados en el mundo del alcohol e incorporan este problema a la convivencia. En nueve de cada diez de estos hombres, el alcohol les produce disminución de la libido y disfunciones sexuales. En cambio, más del 60% de las mujeres inicia los excesos alcohólicos cuando ya tienen pareja, muchas veces por un conflicto sentimental, por la pérdida del compañero o la influencia directa de una pareja ya alcohólica.

Capacidad de contagio

Alonso-Fernández advierte de que el alcohol tiene capacidad de contagio, como las infecciones por virus, bacterias u otros microorganismos patógenos. El 50% de los hijos de alcohólicos recibe el legado de sus padres "por la influencia personal mimética del progenitor y por el aprendizaje alcohólico que impera en estas familias". También hay una estraña relación familiar entre el alcoholismo y la esquizofrenia: "Los esquizofrénicos tienen un padre alcohólico en el 15% o el 20% de los casos y un hermano en el 5%. La hipótesis más razonable es que el alcoholismo del padre actúa como un agente que facilita la eclosión de la esquizofrenia en la prole. Un padre adicto al alcohol no sólo es capaz de destruir la unidad familiar, sino que ejerce un efecto de tendencia a la disociación de la personalidad, que es el rasgo de origen familiar más afín a la esquizofrenia".

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