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Reportaje:

Controlar la electricidad

"Cuando explicamos que trabajamos en sistemas de protección la gente piensa rápidamente en personal de seguridad y no es así. Nosotros diseñamos y fabricamos equipos de protección de subestaciones eléctricas y maquinas", señala Norberto Santiago, director general de ZIV Aplicaciones y Tecnología. En menos de seis años un grupo de 15 ingenieros con experiencia en el sector han levantado en el Parque Tecnológico de Zamudio una fabrica limpia, sin maquinaria, que de no ser por los ordenadores sólo contaría con su capital humano. "Nuestros equipos están enchufados a la red y vigilan en tiempo real las magnitudes eléctricas. En milésimas de segundos identifican un problema en el abastecimiento y desconectan el equipo antes de que el problema genere un avería irrecuperable", indica Ángel Orcajada, responsable de marketing. Pero estos aparatos, que ocupan poco más que una caja de zapatos, realizan también funciones de control, medida y comunicación del sistema eléctrico. El primer equipo salió al mercado en 1994 y desde entonces se han producido ya 14.000 unidades. En ZIV trabajan sobre una base de 5.000 productos distintos que adaptan a las necesidades de sus clientes, que son esencialmente las compañías eléctricas. Cuando los socios fundadores, 15 ingenieros que aún trabajan en el negocio, pusieron en marcha el negocio estaban convencidos de su éxito, sin embargo, nadie esperaba un crecimiento tan rápido. ZIV cuenta con un edificio propio en Zamudio y trabaja con alta tecnología tanto en España como en el extranjero, con un equipo humano de 94 personas. Cada vez las compañías eléctricas les exigen más. De hecho, la presión del mercado les ha llevado a fabricar un contador digital que espera les abra más oportunidades. "En nuestro nacimiento tuvimos el apoyo de todas las compañías eléctricas españolas, pero sobre todo de Iberdrola. Apostaron por los equipos abiertos, que no precisaran que todos sus componentes fueran de la misma marca para ser compatibles y así entramos nosotros", asegura Santiago. A partir de ahí el mercado se abrió al resto del sector. Su competencia son fundamentalmente las grandes multinacionales (ABB, Alsthom o Siemens); sin embargo, esto no les ha frenado el crecimiento. ZIV ha contado siempre con beneficios, salvo en el primer ejercicio, que tan sólo ocupó seis meses. La facturación en 1998 alcanzó los 1.200 millones de pesetas (7,21 millones de euros) que se reapartió en un 56% en el mercado interior y un 44% en el exterior. A estos mercados acudieron también de la mano de la expansión de las eléctricas españolas, especialmente en Suramérica. Se espera que en 1999 alcancen unas ventas de 1.500 millones de pesetas. En todo caso, ZIV cuenta ya con dos filiales, una en EE UU y otra en Brasil, y con organización comercial en otros nueve países. "El mercado español está maduro y el crecimiento futuro se dará en el exterior", apunta Orcajada.

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Una fábrica limpia, sin maquinas ni ruido
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