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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Por la puerta grande

A la chita callando, en pocos años, El Portalón, este coqueto restaurante marbellí (Carretera Cádiz, Km. 178, frente al Marbella Club. Tel: 95 282 78 80), se ha colocado por méritos propios en punta de la restauración de la Costa del Sol. El palentino Jesús Mancho es el responsable. Desde sus inicios se empecinó en mantener en todas las facetas del restaurante la calidad como regla. Comenzó siendo un magnífico asador de corte castellano, con perfectos asados de gorrinos y lechazos, construyendo para ello un horno de leña. Se propuso tener la mejor parrilla, y las chuletas de carne roja gallega siguen siendo uno de los timbres de gloria de la casa. Jamones, chorizos ibéricos y embutidos son de primera, y ofrece una tabla de quesos artesanos de escándalo. No contento con esto, fichó hace pocos años como chef al guipuzcoano Félix Altolaguirre, un profesional de gran creatividad. Así, en la carta vienen coexistiendo de forma armoniosa los más excelsos productos tal cual y los guisos y asados tradicionales con las ofertas de la cosecha propia del cocinero, en la que se integran sus orígenes vascos con los gustos más mediterráneos y la depurada técnica francesa. Algunos ejemplos de sus creaciones: el delicado Consomé frío de almejas y espárragos con yema rellena de huevas de salmón, cristal de algas y jugo de albahaca, o la minimalista Ensalada de lechugas tiernas de su huerta con vieiras asadas sobre un suculento pisto de mollejas con pan de guindillas. Excelente el muchas veces despreciado Bacalao fresco, que lo sirve con hongos asados, una espumosa y finísima crema de queso y un canelón relleno de manitas de cordero. La repostería, artesanal, está a la altura del resto, a cargo de una "cocinera de postres", como se considera la malagueña Raquel González. La oferta de vinos es impresionante. El servicio, a cargo del maitre Vicente Otero, roza la perfección.

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