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Los banqueros españoles apuestan por una expansión controlada

La banca espera la competencia de otros sectores de alta tecnología

Representantes del sector financiero, de la Administración, Banco de España y partidos políticos han analizado el horizonte en que se mueven estas entidades, especialmente lo relacionado con las adquisiciones y fusiones, la adaptación a los avances de la tecnología y la diversificación de productos. El mensaje del seminario, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Menéndez Pelayo, es que banca y cajas de ahorro deben acometer sus planes de expansión de forma controlada.

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Cajas en peligro

Miguel Martín, subgobernador del Banco de España, después de hacer un somero repaso de las fusiones de la banca mundial en los últimos 10 años, centró buena parte de su exposición en la importancia del volumen de las entidades. "El tamaño no es esencial ni decisivo, ni para la rentabilidad, ni para la gestión", aun que "sí es un medio para ser líder". E insistió. "No es posible ser pequeño si se quiere jugar a la banca de inversión". El crecimiento de un banco es positivo siempre que responda a un incremento de la eficiencia paralelo a una subida de la rentabilidad; y todo como consecuencia de una estrategia previamente diseñada, según la explicación que proporcionó Martín. Y para ilustrarlo puso el ejemplo contrario: "El caso del Crédit Lyonais es una expansión enorme para tapar una mala gestión".

Pero no todo son parabienes. El subgobernador enumeró con detalle los peligros que llevaría consigo la profusión de fusiones. Una excesiva concentración de poder, "la fragilidad del sistema bancario" por las interdependencias entre megabancos, los conglomerados, que son más difíciles de gestionar, y la necesidad de un control más efectivo de los bancos supervisores.

Cristóbal Montoro, secretario de Estado de Economía, aludió al contencioso del Gobierno de Lisboa en contra de la alianza del Banco Santander Central Hispano (BSCH) y el grupo Champalimaud, y reafirmó que la Comisión Europea debe velar por el respeto a las normas comunes del mercado interno, "y me refiero a la libre circulación de capitales y a la libertad de establecimiento de las entidades europeas en cualquier país miembro de la Unión Europea".

Modernos sistemas de comunicaciones con Internet a la cabeza, avances en las redes, en la velocidad de transmisión de datos o en su almacenamiento son los ejes para el desarrollo de la nueva banca, que sufre ya la competencia directa de otros sectores.

Esa amenaza es real para el presidente de Argentaria, Francisco González, que presentó su ponencia en la primera jornada de los encuentros, en al menos cuatro frentes: el negocio de las grandes empresas, la captación de pasivos tradicionales, los préstamos tradicionales al por menor y los sistemas de pago. "La industria bancaria está amenazada por los nuevos tiempos, aunque el mercado de servicios financieros afronta un periodo de crecimiento acelerado. Y no hay razón para que la banca se autolimite", defendió González.

Además de la diversificación de servicios y el uso de los avances tecnológicos, los banqueros están preocupados por las fusiones que se avecinan y el tamaño que tomarán las entidades. Que el futuro de los grandes bancos exige un tamaño suficiente para competir en los mercados europeos fue lugar común. Matías Rodríguez Inciarte (vicepresidente del Banco Santander Central Hispano), Francisco Gómez Roldán (consejero delegado de Argentaria), Luis Javier Bastida (director general del Banco Bilbao Vizcaya), Eduardo Arbizu (consejero delegado de Barclays Bank) y César González (presidente de ING España) concordaron en la segunda jornada que cada entidad debe fijar sus estrategias y expectativas, y, desde luego, sus propios límites.

Rodríguez Inciarte puntualizó más: la razón de las fusiones debe ser la ganancia de los accionistas, un elemento que, si no garantiza, al menos facilita el éxito. Luis Javier Bastida utilizó el juego de las siete y media para explicar la oportunidad de las fusiones: si te plantas demasiado pronto, pierdes; si lo haces tarde, también.

Pero fue Fulgencio García Cuéllar, consejero delegado del Banco Popular, quien reivindicó otro modelo de banca que aspira al triunfo en el país de origen sin apostar por la competencia internacional. "Creo que hay espacio para organizaciones no tan grandes pero que presten un buen servicio. Si, además, la cuenta de resultados es buena, el modelo es válido. Cada empresa debe buscar su propio modelo".

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