LAB espera que Confebask presente una nueva propuesta sobre las 35 horas

El sindicato LAB espera que en la próxima reunión del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), prevista para el 1 de julio, recibir una propuesta concreta de la patronal vasca, Confebask, a su exigencia de reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales. El secretario general del sindicato abertzale, Rafael Díez Usabiaga, declaró ayer durante la celebración de la conferencia nacional de esta central en San Sebastián, que si Confebask no aporta una iniciativa concreta de respuesta a esta reivindicación, que está avalada por la presión social y el "éxito" de la huelga general del pasado 21 de mayo, su actitud sería considerada "provocativa" y requeriría una "respuesta contundente". "No estamos dispuestos a encontrarnos el 1 de julio en un marco estéril ante los movimientos que puede hacer la patronal", advirtió el dirigente sindical, quien reclamó un acuerdo marco de reducción de la jornada semanal hasta las 35 horas para su aplicación en las empresas y en la Administración vasca. Movilizaciones No quiso precisar, sin embargo, si en la nueva fase de presión y movilizaciones que la central sindical proyecta para el próximo otoño, está prevista la convocatoria de otra huelga general a modo de "respuesta contundente". En cualquier caso, Díez Usabiaga se mostró firme en la reclamación de la reducción de jornada como fórmula práctica para contribuir a la flexibilización del mercado de trabajo. "El proceso es irreversible; los sindicatos tienen ganada la batalla de las 35 horas, que ya se aplican en Alemania y Francia por lo que exigen ahora su aplicación real", señaló. Los delegados de LAB también analizaron ayer la actualidad política y la compleja negociación destinada a alcanzar los pactos para la gobernabilidad de las instituciones municipales y forales. Rafael Díez Usabiaga, quien, además de secretario general de LAB, es uno de los ideólogos y defensor del decisivo giro que ha dado este año la izquierda abertzale hacia el compromiso con la práctica política, declaró que la actual "encrucijada histórica" en que se encuentra el País Vasco no es una coyuntura propicia para "los pactos a la vieja usanza, orientados sólamente al reparto del poder y de la tarta institucional".