Un incendio destruye un almacén de siliconas en Vilanova i la Geltrú
Un almacén de siliconas y disolventes de Vilanova i la Geltrú quedó destruido durante la madrugada de ayer a causa de un incendio cuyas causas aún tienen que ser investigadas. Los bomberos movilizaron a una docena de vehículos para extinguir el fuego, muy espectacular porque todo el material que se quemó era altamente inflamable. Propietarios de las naves industriales de los alrededores se han quejado por el hecho de que la zona aún no cuenta con bocas antiincendios, que ellos están reclamando desde hace siete meses, cosa que ayer dificultó el trabajo de los bomberos. El incendio fue detectado hacia la 1.30 y originó una gran columna de humo, que se pudo apreciar desde diversos puntos de la ciudad a pesar de la oscuridad de la noche. Dentro de la nave industrial donde ardían los disolventes y las siliconas se registraron temperaturas próximas a los 1.000 grados centígrados. El techo y parte de las paredes acabaron derrumbándose. El almacén siniestrado está situado en el polígono industrial de la Bòbila, y a su lado, pared con pared, existen una empresa textil y un supermercado, por lo que en un principio se temía que el fuego pudiera extenderse a estas instalaciones. Sin embargo, gracias a la rápida actuación de los bomberos y al hecho de que la nave contara con una estructura de hormigón antiincendios, las llamas no se propagaron. Alarma entre los vecinos El espectacular incendio alarmó especialmente a los vecinos que residen a menos de 300 metros del almacén, en unos bloques de viviendas y en casas unifamiliares. Muchos de ellos aún estaban celebrando la verbena de Sant Joan cuando vieron las llamas. Debido a la toxicidad de los materiales que estaban ardiendo, algunas personas sufrieron molestias en los ojos durante los primeros momentos del incendio. En el lugar se personó el alcalde de Vilanova, Esteve Orriols, para comprobar el alcance del siniestro. Los bomberos -llegados desde los parques del Garraf, Alt Penedès y Baix Llobregat- necesitaron casi dos horas para apagar las llamas, y aún fue preciso que se quedara un vehículo de retén hasta las siete de la mañana. Algunos vehículos llegaron con sus cubas de agua medio llenas, ya que provenían de otros servicios efectuados durante la verbena. Esta circunstancia les obligó a hacer viajes de ida y vuelta para recargar agua, ya que en el polígono donde se encuentra el almacén siniestrado todavía no han sido instaladas bocas antiincendios. Las causas del incendio se desconocen y se espera el dictamen de los técnicos policiales y de la aseguradora. No se observó que la puerta hubiera sido forzada y la posibilidad de que hubiera entrado un cohete o petardo es remota, ya que se trata de un edificio completamente cerrado. La nave siniestrada estaba alquilada a la empresa World Elastomers Trade.
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