La construcción de un geriátrico en Sants vuelve a resucitar la "guerra" entre Bienestar Social y el gobierno municipal
Mandato nuevo, problemas viejos. La guerra de los geriátricos, declarada hace unos meses entre el Departamento de Bienestar Social y el Ayuntamiento de Barcelona, aún colea en Sants. Cuando las entidades que reivindicaron durante cinco años una residencia asistida confiaban que el asunto estaba al fin encarrilado, Bienestar Social reclama ahora unos certificados del solar situado entre las calles de Bartomeu Pi, Navarra,Tort y Corral, donde está previsto levantar el equipamiento. Sin este requisito, el Gobierno catalán advierte a las entidades que no podrá cumplir los plazos pactados. Escamados ante la nueva tanda de acusaciones que se avecina, la Coordinadora de Urbanismo de Sants, Hostafrancs i la Bordeta, que agrupa a más de 200 entidades, pide al Síndic de Greuges que actúe de mediador en una polémica que los vecinos no desean reavivar. El escrito que el gabinete del consejero Antoni Comas dirigió el pasado día 17 al secretariado de entidades ilustra los resquemores que la polémica de los geriátricos dejó tras de sí. El enfrentamiento parte de las fechas de la cesión de los terrenos. Bienestar Social no desaprovecha ocasión de arremeter contra el concejal del distrito, el socialista Pere Alcover, de quien dice: "Es ciertamente lamentable que un concejal envíe a los vecinos una comunicación de este tipo [anunciando la cesión del solar] cinco días antes de las pasadas elecciones municipales". La voluntad de todas las partes de zanjar la cuestión de la residencia queda en entredicho en el texto de la dura carta que le ha llegado a las entidades. En ella se recuerda el compromiso contraído por Comas con los vecinos de Sants-Montjuïc "después de explicarles la maniobra de los responsables municipales respecto al solar de la calle de Enric Bargés,10". Este último terreno fue desestimado por no reunir las condiciones exigibles. En lugar de enzarzarse en un nuevo cruce de acusaciones, las entidades solicitaron por escrito, el pasado día 21, al Síndic de Greuges, Anton Cañellas, que actúe de mediador entre las dos administraciones y la propia Coordinadora de Urbanismo para que "les reúna y clarifique de una vez esta problemática que perjudica a los ciudadanos de Barcelona". Después de informar al Síndic sobre el motivo de las desavenencias, añaden que están justo en el mismo punto de hace unos meses y en una situación que no la quieren calificar "por educación y para no ofender a nadie".
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