El fiscal pide 82 años para los supuestos asesinos del dueño de un bar de Lleida

El Ministerio Fiscal de la Audiencia Provincial de Lleida solicitó ayer para Juan Heredia Moreno, alias El Sevillano, y Miguel Ángel Lorente García, conocido con el sobrenombre de El Pijón, un total de 41 años de prisión para cada uno como presuntos autores del asesinato de Carlos Bean, propietario de un bar, durante un atraco al citado local en el que un hermano de la víctima, Jesús, también resultó herido de gravedad. El suceso provocó una gran alarma social en la ciudad. Los hechos juzgados tuvieron lugar el 15 de febrero de 1998 en el interior del bar Mare Nostrum, ubicado en la calle de los Templers de Lleida, al que los acusados entraron pasadas las 10 de la noche, con la cara tapada y armados con una escopeta de cañones recortados y una navaja, con intención de cometer un atraco. En la calle les esperaban, dentro de un coche, Esther T. H. y Julián D. P., para quienes el fiscal pide dos años y un año de prisión, respectivamente, como cómplices y encubridores de los dos anteriores. En su momento, la declaración de estas dos personas acusadas de complicidad permitió la detención de los autores del crimen. El fiscal, que atribuye a Heredia y Lorente un delito de asesinato y otro de tentativa, con las agravantes de alevosía y disfraz, expresó su convicción de que los acusados fueron las personas que aquella noche robaron en el bar regentado por los hermanos Carlos y Jesús Bean, mientras los otros dos aguardaban en el coche en actitud vigilante. Una vez conseguido el dinero, los atracadores se comportaron con una gran violencia. Lorente intentó pinchar con la navaja a Carlos y cuando su hermano acudió en su ayuda, el otro delincuente efectuó dos disparos a quemarropa. El primero alcanzó en el abdomen a Carlos, quien falleció horas más tarde en el hospital. El segundo disparo causó heridas graves a Jesús, que tardaron 226 días en curar. Los acusados no sólo negaron ser los autores del crimen, sino que dijeron que no habían estado nunca en el bar, una versión completamente contradictoria con la que dieron los dos cómplices, Esther y Julián. Estos explicaron que, cuando Heredia y Lorente se bajaron del coche, les dijeron que iban a "dar un palo" y que, minutos después, regresaron muy nerviosos, diciendo que habían cometido "una locura". Algunos clientes del bar y el hermano del fallecido identificaron, sin ninguna duda, a los acusados. "Son ellos, los estoy viendo cada noche desde hace 16 meses", afirmó Jesús Bean.