Más de la diabetes
Sobre la publicación que hicieron el pasado día 9 de junio de 1999 bajo el título Diabetes en la sección Opinión del Lector del escrito que les remití en días pasados, quiero decir lo siguiente: en primer lugar, rectificar un error de transcripción que cometí, pues donde dije que con el sistema anterior recuperábamos el 90% de nuestro dinero (en caso de adelantarlo) por las tiras reactivas de glucosa en sangre debí decir el 99%, ya que, efectivamente, tan sólo nos costaba un 1% del importe total (siempre caro) con el sistema de recetas. Añadir que en ningún momento me he erigido injustamente en portavoz de nadie, y que en dicho escrito hablaba, como lo hago ahora, en nombre propio y como diabética, pues claramente comenzaba: "Les escribo para dar mi opinión respecto al titular aparecido en su diario el pasado domingo 30 de mayo en la página 3 de la sección Madrid". Di mi opinión y siento mucho que de todo el texto, que no era corto, los diabéticos, o al menos el portavoz de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de la Comunidad de Madrid, sólo haya recogido y malinterpretado mi alusión a ADE en detrimento de la federación. Tengo el número 3.019 de carné; es verdad que he causado baja en la asociación por cuatro años, pero no lo es menos que ha habido muchos problemas dentro y una, llamémoslo así, "reestructuración" en la federación regional; no quiero ahondar en dichos problemas, porque no me mueve afán político alguno y exclusivamente me interesa el bien común para los diabéticos, federados o no. Y me pregunto: ¿existe tal bien común?, ¿o depende de la edad, domicilio, situación familiar y circunstancias personales de cada diabético en particular? Porque, por mucho que se diga que hay enfermos y no enfermedades, la diabetes sigue siendo (y lo será como mínimo durante quince años más, según los últimos descubrimientos médicos) una enfermedad crónica que afecta al menos a 180.000 personas en la Comunidad de Madrid, y, si respondemos positivamente tan sólo a la segunda cuestión, veo difícil seguir avanzando, y digo seguir avanzando porque insisto en que ya hay un principio de inmediatez o agilización en el suministro de tiras reactivas al diabético.
Quiero ceñirme al dato real porque me paece relevante. Admito, tras la conversación telefónica mantenida con miembros representantes de la federación, que cabe la posibilidad futura de tener que arrepentirme de esta alegría de hoy, careciendo como carecemos hoy por hoy de una normativa sólida con rango de ley reguladora de la prevención y control de la diabetes que pueda evitar "imprevisibles administrativos", así como asegurar indefinidamente el suministro para todos los diabéticos españoles de todos los medios necesarios y adecuados para el autocontrol de su enfermedad, según es exigible en un "Estado de bienestar". Pero me parece también preocupante el encontrarme en medio de un centrifugado, consecuencia de una sórdida lucha competencial en la que el "bienestar del diabético", e incluso el derecho a pedirlo, sea demolido por burocráticas gestiones, cuyo fin sea igual o más incierto que la duración en el tiempo o la generalidad del beneficioso logro de tiras reactivas.
Con receta o sin receta, en ambulatorio o fuera de él, con ley reguladora o a la deriva de circulares administrativas, en comunidades autónomas, Estado (quizá una ley marco fuera buena fórmula) o Unión Europea, no da en absoluto lo mismo, pero en todo caso, como principio básico de actuación, la unidad de los diabéticos y claridad de objetivos a conseguir: a) educación diabetológica, y b) máxima facilidad para el diabético de acceder a los medios necesarios para el autocontrol de su enfermedad.- .
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