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La presidenta de Unió Mallorquina no descarta pactar con los socialistas

Maria Antònia Munar, presidenta de Unió Mallorquina (UM), partido clave para la gobernabilidad de Baleares, resume la experiencia de Gobierno que ya tuvo este grupo con el PP entre 1983 y 1992 con una fuerte crítica: "Fue totalmente negativa para UM". Por ello, y visto que el PP ha perdido la mayoría absoluta en Baleares, Munar asegura que "UM no es incompatible con nadie" al ser preguntada por un posible pacto con los socialistas.

"Basta esperar en la puerta de tu casa y ves pasar el cadáver de tu enemigo. El proverbio chino se cumple". Maria Antònia Munar (Barcelona, 1955), presidenta de Unió Mallorquina (UM) y del Consell de Mallorca y alcaldesa durante 20 años del pueblo de su familia, Costitx, tiene en sus manos facilitar la supervivencia en el poder de sus antiguos enemigos políticos (el PP) o condenarlos a la oposición. Guarda memoria de las situaciones, pero no anticipa un afán de venganza política contra la derecha que intentó borrarla del mapa. Su partido es el epicentro nacionalista, el único eje sobre el que giran todas las mayorías posibles de Baleares: UM es la bisagra autonómica, que con tres escaños tiene en sus manos apoyar al PP (que tiene 28 diputados) o, por el contrario, encarrilar un cambio inédito en el archipiélago mediante un pacto multipartidista con la izquierda (que también suma 28 escaños). "Todo es posible y hay dificultades a un lado u otro, para formar el centro izquierda y el centroderecha. Ninguna solución es fácil y en UM no tenemos ninguna prisa", reconoció ayer. Munar ya ha sido aliada del PP (1983-1992) y fue víctima de los manejos del partido hegemonista de Baleares y del estilo del ex presidente Gabriel Cañellas, que la cesó como consejera y asaltó UM para aniquilarlo. Cañellas provocó la aparición de tránsfugas de UM al PP: tanto ellos como sus parientes e íntimos están colocados y retribuidos en la nómina autonómica, nueve años después.

"La experiencia con el PP fue totalmente negativa para UM. Perdimos credibilidad y votos con aquel pacto", explica la responsable de UM, que quiere apartar sus sentimientos personales -"no demasiado objetivos",- al plantear hoy al comité ejecutivo las cuatro o cinco fórmulas de Gobierno posibles con el PP o con la suma de la izquierda (PSOE, PSM, IU-Els Verds y Pacto Progresista de Ibiza).

"A veces", señala Munar, "cuando te quieren aniquilar te refuerzan. El PP pudo acabar con UM manteniéndonos en el Gobierno y no echándonos. La expulsión y asalto nos reforzó el partido y a las personas".

UM nació en 1983 como mutación de una UCD en plena agonía. Jeroni Albertí, ex líder centrista, creó el grupo como salida electoral y se entregó al PP en las primeras autonómicas para evitar un Gobierno socialista; luego en 1986 se aventuró en la fallida Operación Reformista con Miquel Roca. En 1991 UM concurrió en alianza electoral con el PP y en 1993 emprendió su aventura electoral solitaria en las generales.

En las pasadas elecciones europeas, el partido estuvo al lado del PNV y ERC; pertenece a la Internacional Liberal y es afín a Unió Democràtica. Munar quiso aliarse a Convergència pero Jordi Pujol la desdeñó y eligió por dos veces a los ex izquierdistas del PSM.

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Cortejos

En los últimos cuatro años, UM ha caminado del brazo de la izquierda y los nacionalistas, que ahora la cortejan de nuevo. Munar ha presidido el Gobierno de progreso del Consell de Mallorca. "Ha sido positivo este pacto, los resultados lo explican. Todos los grupos retroceden, menos nosotros. La postura prepotente del PP ha pesado en las votaciones, no solo ha sido nuestra gestión en el pacto. La gente ha querido castigar la actitud del PP balear". La solución al nuevo y necesario pacto interpartidista en las diferentes instituciones de Baleares -Gobierno, Consell, Parlamento y Ayuntamientos-, UM la meditará y negociará con calma. "Los partidos han de ponerse en contacto con nosotros y no tenemos predeterminación ni predisposición", asegura Munar.

El PP ha anunciado que "tiene muchísimo que ofrecer a UM" para atraerse sus votos, porque cuenta con la Administración Central. "Me extraña que teniendo estas posibilidades no las haya jugado el PP a favor suyo y de Baleares en estos tres años, cuando se debía aprobar nuestra declaración como nacionalidad histórica o al estar en juego el Régimen Económico y Fiscal o solucionando el problema de la financiación", replica Munar.

La pluralidad de las Islas Baleares, como un territorio con diversidad política y obvia discontinuidad, quedó acentuada en las pasadas elecciones. "No existe una comunidad estricta y uniforme. Baleares es una realidad ficticia" para Unió Mallorquina, que sostiene que cada isla tiene peso institucional e identitario y económico. "Además la España del futuro pasa por los diferentes partidos nacionalistas. Está cada día más claro", subrayan.

El PSOE aspira a que su candidato, Francesc Antich, arrebate a Jaume Matas, del PP, la presidencia del Gobierno. Ambos partidos requieren los votos de UM. Antich además debe sumar los del PSM-Entesa Nacionalista, la alianza de Ibiza y Formentera e IU-Els Verds, formación ésta que incomodó en los últimos cuatro años a la presidenta nacionalista. "UM", concluye Munar, "no es incompatible con nadie. Pero IU debe leer los resultados y ver cómo se ha votado ante sus posiciones. Este partido tiene un papel importante, pero tiene que ser positivo y entender que no se puede desarrollar una política de izquierdas desde el Consell o el Gobierno, en una alianza tan diversa".

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