Batir marcas mundiales
La segunda línea ferroviaria de alta velocidad española está proyectada para batir marcas mundiales en innovación, según Alberto García Álvarez, director de explotación del ente público Gestor de Infraestructuras (GIF), encargado de su construcción. Los 620 kilómetros que separan a Madrid de Barcelona superan en longitud al trayecto Madrid-Sevilla. Pese a ello, se cubrirá en el mismo tiempo. La velocidad sostenida tendrá que ser de 350 kilómetros hora, un 29% superior a la de Madrid-Sevilla, que es de 270 kilómetros/hora y la más rápida del mundo. De Madrid a Port Aventura se podrá ir en dos horas. Para conseguir estas prestaciones y servir a otros recorridos en ancho español la línea dispondrá de intercambiadores en Plasencia de Jalón (para ir a Pamplona), Zaragoza, Miraflores, Tarragona y Lleida (para los Talgos Madrid-Barcelona a partir del 2002). Sevilla-Barcelona se podrá hacer en 5 horas y el trayecto entre Madrid y Pamplona, Logroño o San Sebastián en dos horas menos.
Las vías tendrán capacidad para que pueda circular un tren cada 2 minutos y 40 segundos durante todo el recorrido de la línea. Los desvíos a otras vías secundarias se podrán efectuar a 230 kilómetros/hora, los más rápidos del mundo, en lugar de los 160 kilómetros/hora del Madrid-Sevilla. Un sistema de regulación automática procesará 50.000 alternativas de solución diferentes cada minuto. Un nuevo sistema de mantenimiento permitirá mantener el servicio las 24 horas del día. El suministro de energía independiente mediante centrales de generación a gas podrá mover los trenes en caso de fallo generalizado del fluido eléctrico.
