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ELECCIONES 13-J Los Pactos

Todos contra el gilismo

Socialistas, populares y hasta partidos musulmanes aúnan fuerzas para evitar que el GIL gobierne en sus municipios

Las victorias electorales del Grupo Independiente Liberal (GIL) es una de esas "grandezas de la democracia", capaz incluso de dar armas a quien se la pasa por el arco de triunfo. "Nosotros elegimos dónde nos presentamos, algo que los otros partidos no pueden hacer", sentenciaba el candidato del GIL en La Línea de la Concepción, Juan Carlos Juárez, algunas semanas antes de obtener la mayoría absoluta en las urnas. Efectivamente, el voto del cabreo, del desencanto, el voto antisistema se ha buscado en las localidades con más problemas y, a la par, con más futuribles. La Línea recibirá cerca de 300.000 millones de pesetas en inversiones públicas y Ceuta y Melilla están pendientes de lograr un régimen fiscal especial. El voto se ha buscado sin la necesidad de explicar mas que vagamente que lo que se persigue es una mayoría en el Consejo de Administración que cada ayuntamiento supone para el GIL.

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Un concepto de "gestión", según Juárez, que no se reprime al aseverar que "la ideología se ha perdido en el ámbito municipal". Pero los partidos profesionales también saben cómo articular los votos ciudadanos según sus intereses y prioridades, que ahora no son otros que evitar que el heterodoxo GIL mande.

En el caso de Melilla, la llegada del partido de Jesús Gil y Gil ha tenido un gran efecto, especialmente a la hora de restarle votos al Partido Popular y al PSOE. Paradójicamente, el GIL, que no incluía a ningún representante bereber en sus listas, ha consolidado al partido que defiende los intereses de la población de origen marroquí, Coalición por Melilla (CpM), que ha pasado a ser la segunda fuerza más votada.

Además, a pesar de que GIL haya tenido más votos que nadie, la coalición que desde hace quince meses rige Melilla -integrada por la CpM de Mustafa Hamed, los tránsfugas del PP unidos en torno al Partido Independiente de Melilla, Unión del Pueblo Melillense y el PSOE- sigue contando con la mayoría absoluta de 13 diputados-concejales. Y eso también es democracia. Todos, hasta el PP, se dicen dispuestos a hacer lo que sea para taponar la llegada del empresario de discotecas Crispín Lozano a la presidencia.

A varios kilómetros, pero todavía al otro lado del Estrecho, la lista del GIL, encabezada por Antonio Sampietro, rozó la mayoría absoluta en Ceuta. PP y PSOE están dispuestos a hacer todo lo posible para que aquél nunca ocupe la alcaldía. Eso depende del PDS, un partido musulmán que ayer, por boca de uno de sus dirigentes, ya se decantaba contra el GIL: "Estamos más cerca de un partido nacional porque los problemas que tenemos sólo los puede resolver la Administración central".

La táctica gilista funcionó en La Línea (el tercer proyecto de Hong Kong del gilismo con Ceuta y Melilla) y se llevó 17 de los 25 concejales. Las negociaciones con los dirigentes de la colonia británica de Gibraltar de espaldas al Ministerio de Exteriores son cuestión de tiempo. El GIL ya lo avisó en campaña.

También en Cádiz, el GIL lo tiene más fácil en San Roque. Se aprovecha de otro síntoma del desgaste de los partidos nacionales en la arena local de esta zona y a pesar de haber obtenido tan sólo seis concejales tiene casi cocinado un pacto con dos partidos sanrroqueños.

En Málaga, la consigna de arrinconar al heterodoxo partido une como una piña a PSOE, PP e IU. Los pactos para plasmar ese aislamiento los separa. No obstante, estas fuerzas políticas están dispuestas a aparcar diferencias para impedir que gobierne en tres de los cinco municipios donde fue la lista más votada: Estepona, Manilva y Ronda. En Marbella, el gilismo perdió cuatro concejales, pero conserva la mayoría absoluta, y en Casares el desempate entre el GIL e IU depende de un independiente.

El balance del 13-J no ha sido bueno para el GIL en Málaga. Aunque ganó votos, ha perdido alcaldías y el control de la Mancomunidad de la Costa del Sol Occidental. A estos resultados hay que sumar el cerco de los pactos anti-GIL. Ya están casi cerrados sendos acuerdos para desbancar al Grupo Independiente Liberal de Estepona y Manilva, municipios que gobernaba con mayoría absoluta. En el primero, se daba ayer por hecho un "gobierno de concentración democrática" entre PSOE, PP e IU para desalojar de la alcaldía a Jesús Gil Marín. En Manilva, IU y PSOE han decidido unir fuerzas para que el GIL no gobierne. La discrepancia radica en que ambas formaciones quieren la alcaldía.

Donde socialistas y populares encuentran más diferencias para aislar al gilismo es en Ronda. En el que fuera feudo del PSOE, la irrupción del GIL ha sido una bomba. El PP ofreció apoyo al PSOE para que se hiciera con las alcaldías de Ronda y Estepona a cambio de mantener el gobierno de la Diputación, pero para los socialistas recuperar esta institución es "irrenunciable".

El GIL obtuvo representación en Fuengirola, Mijas y Benalmádena, pero allí la mayoría absoluta la ostentan populares, socialistas y el independiente Enrique Bolín, respectivamente.

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