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Crítica:CRÍTICAROCK
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fin de temporada

Fiesta Final Circuit Rock 98. Girasoules, Laboratorio Funk, Saudade y Westpoles. Akuarela Auditorium. Valencia, 18 de junio de 1999.Sólo es preciso abrir los ojos ( y oídos) o cruzar un par de frases con alguno de esos músicos cuya comparecencia, año tras año, en el Circuit Rock se ha convertido casi en una tradición para advertir que el tándem formado por el Institut Valencià de la Joventut y Ràdio 9 ha logrado restablecer considerablemente la salud de un certamen que hace varias temporadas parecía herido de muerte. Pese a quien pese. Es indudable, claro, que aún quedan baches por superar y ciertas aristas por pulir, pero ha sido notable el esfuerzo de algunos de los implicados por dotar al concurso de una credibilidad, calidad y prestigio que, según muchos, nunca antes había tenido. Ya debería saberse que un proyecto de esta envergadura necesita tiempo para madurar y consolidarse, y, sobre todo, un equipo cualificado y entusiasta dispuesto a reconocer errores propios (o heredados) y a procurar enmendarlos con resolución. Todavía es pronto para conocer las repercusiones que tendrán los recientes resultados electorales sobre el Circuit Rock, pero quienes (con conocimiento de causa y buena memoria) ya se atreven a pronosticar sustanciales cambios le auguran un futuro poco prometedor. Ya se verá. A un nivel estrictamente musical, esta última edición ha dejado prácticamente sin argumentos a aquellos que acusaban al jurado del certamen de primar con descaro a las bandas incluidas en el lote del pop alternativo en detrimento de otros estilos. Se ha demostrado, vaya, que se premian conceptos como la calidad o la originalidad, no la militancia en determinados géneros musicales o el colegueo (tome nota quien lo considere oportuno). Los alicantinos Westpoles, por ejemplo, se hicieron un meritorio hueco en el podio gracias a una propuesta de indudable riesgo que, en algunos momentos, rebusca en los archivos del sello 4AD (¿alguien mencionó la belleza ambiental y la oscuridad atmosférica de Cocteau Twins?) y, otras veces, coge carrerilla hacia el post-rock. Una pesadilla, eso sí, para oídos poco curtidos y amantes del pop más convencional. Los gestos de desconcierto e incomprensión que se reflejaban en muchos rostros les delataban. Saudade, en cambio, conectaron de inmediato con el público gracias a un pop enérgico y eufórico elaborado con una receta poco novedosa (Los Planetas, Radiohead o, versión incluida, Smashing Pumkins), pero todavía válida. El grupo local más premiado de la temporada (al del Circuit Rock deben sumarse los galardones obtenidos en la Mostra de Música Jove de l"Horta y en el concurso del Controla Club) lleva camino de convertirse en una de las apuestas más firmes del pop valenciano. Alguien debería encargarse de editar en condiciones hits potenciales como Y pensar...o Cool. Laboratorio Funk jugaron con la mayor parte del público a su favor, pero con el inconveniente de un sonido caótico que no les hizo justicia (¿alguien fue capaz de distinguir los vientos en medio de semejante maremágnum?). Su competente combinado de funk, rap, metal y, en definitiva, cuanto se cruce por su camino e imaginación merecía mejor suerte. Cerró la velada (con opiniones para todos los gustos respecto a su selección como grupo estrella invitado) el cuarteto Girasoules.

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