El Gobierno de México controla el banco Serfin para después subastarlo

El Gobierno mexicano, a través del oficial Instituto Bancario de Protección al Ahorro (FBP), decidió asumir el control del banco Serfin, el tercero más importante del país -cuyos problemas estructurales se agravaron a partir de diciembre de 1998- e inyectarle hasta 2.000 millones de dólares (1.940 millones de euros) para salvarlo de la quiebra y venderlo en subasta cuando su balance presente buen aspecto. Hace aproximadamente una semana dejó de cotizar en Bolsa porque sus acciones caían en picado. Sus actuales socios, encabezados por el empresario Adrián Sada, procedente del norteño Estado de Nuevo León, perderán el control y sus inversiones de no desembolsar en cuestión de días 1.300 millones de dólares, operación prácticamente descartada. El banco británico Hong Kong Shangai Bank (HSBC), que posee el 19,9% del Serfin, mantiene el valor del capital invertido, aunque puede decidir reclamar su devolución o participar en la subasta. Adolfo Lagos, director general de la entidad con el agua al cuello, quiso tranquilizar y evitar reacciones de pánico. La institución no está en quiebra, continuará operando con el apoyo oficial, dijo, y los depósitos de los ahorradores continúan garantizados.

El diario El Universal citó al BBV, junto al francés Société Générale y el mexicano Banorte, como uno de los tres bancos interesados en desembarcar en Serfin. Un portavoz de la entidad española en México, Mario Segura, director de relaciones corporativas, comentó ayer que están atentos a todo lo que ocurre en el mercado "para analizarlo y tomar una decisión, pero en los planes inmediatos del banco no figura la compra de Serfin". Analistas financieros aventuran que el saneamiento del banco costará en total 5.000 millones de dólares para asegurar la rentabilidad de la entidad a reflotar y hacer atractiva al capital extranjero la previsible oferta de venta.

Primera misión

Se trata de la primera misión emprendida por el IPAB, que comenzó a funcionar en mayo en sustitución del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), organismo dependiente de la Secretaría (ministerio) de Hacienda, que aprobó en 1995 una operación de rescate de 65.000 millones de dólares para evitar el colapso del sistema financiero nacional, herido de muerte a partir de la drástica devaluación del peso de diciembre de 1994. El Fobaproa, cuyos activos y obligaciones han sido asumidos por el IPAB, compró entonces las carteras vencidas de los bancos con problemas e incorporó a su inventario de propiedades las garantías hipotecarias. Se trata ahora de recuperar, en lo posible, los fondos desembolsados. El Serfin fue comprado al Gobierno en 1992, durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), por un grupo de accionistas dirigido por Adrián Sada González. Opera en México desde hace 135 años y cuenta con 560 sucursales.