Señales absurdas
¿Qué pasa con los límites de velocidad en las carreteras? Me refiero a esos tramos desiertos, rectos y con buena visibilidad, campo a ambos lados, ni rastro de viviendas, una gasolinera con carriles de aceleración ¡y una limitación de velocidad a 40! Tal es el caso a la entrada de Cantillana (Sevilla). Y lo peor de todo, lo más descarado, es que en dirección contraria no hay tal señal, sino una de 60. Es decir, que quien sale de Cantillana tiene el privilegio de circular a 60 por el mismo tramo por el que quien entra tiene que hacerlo a 40. ¿Será que la circulación en uno de los carriles es más peligrosa que en el otro? ¿O será, más bien, que han puesto la de 40 para poder recaudar impuestos en forma de multas cuando lo crean necesario? Porque ese 40, por supuesto, no lo respeta nadie. Si ponen un radar, como ocurrió el otro día, caen como moscas. He calculado una recaudación de 10 millones en una mañana. No está mal, ¿eh? Después de ver casos como éste, que nadie me venga con el cuento de que las señales sirven para regular el tráfico.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.