El etarra Makario reclama al Gobierno que se involucre en el proceso de paz

El dirigente etarra Ignacio Arakama Mendia, Makario, que ayer fue juzgado por el secuestro por parte del comando Madrid del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal en 1983, aprovechó el turno de última palabra para reclamar al Gobierno central que se involucre en el proceso de paz del País Vasco. Makario pronunció un largo parlamento al finalizar la vista y recordó que durante el primer año de la transición hubo un pasaje en el que se reconoció como positiva la actividad de ETA y que el Estado puso en libertad a los presos de la organización, destacando en el BOE que eran "combatientes para la instauración de las libertades democráticas". Así, dijo sentirse orgulloso de haber participado en ese episodio, pero añadió que 22 años más tarde los etarras están todavía a la espera de que las libertades se trasladen a Euskal Herria en forma de derecho a la autodeterminación.

El dirigente de la banda terrorista agregó que ETA ha iniciado el proceso con un alto el fuego. Ahora "es a ustedes a quienes corresponde maniobrar", advirtió. "Olvidemos", precisó, "las reacciones un tanto absurdas del presidente de la nación [José María Aznar], escudándose en el lanzamiento de absurdas interpretaciones. Le pediríamos que, de una vez por todas, se involucre en el proceso con la misma responsabilidad histórica que lo ha venido haciendo ETA, otorgándole un carácter de viabilidad".

El secuestro de Diego Prado

Makario no tuvo ningún problema en reconocer en el juicio que fue el responsable del comando etarra que secuestró a Prado y Colón de Carvajal el 25 de marzo de 1983. El terrorista no quiso, en cambio, desvelar la intervención de los otros componentes del grupo a pesar de que varios ya fueron condenados con anterioridad. Entre ellos, Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, Txikierdi, que ordenó el secuestro; Venancio Sebastián Horcajo y Juan María Tapia Irujo. El procesado, para quien el fiscal solicita 25 años de cárcel por secuestro y depósito de armas, sólo se sintió molesto cuando compareció como testigo Juan Manuel Soares Gamboa, que entre 1982 y 1986 perteneció al comando Madrid y que fue compañero suyo en la República Dominicana hasta que decidió entregarse a la Justicia.

Soares Gamboa, hacia el que Makario dijo sentir repugnancia, explicó con detalle una reunión celebrada en Francia en la que Lasa Mitxelena dio las instrucciones para secuestrar a Prado. Aseguró que participaron en ella José Luis Urrusolo Sistiaga, Belén González Peñalva, Tapia, Horcajo y Makario. Asimismo, detalló que él no pudo ir con el comando porque se puso enfermo.

Como testigo compareció un hijo del secuestrado, ya fallecido, quien destacó que su padre fue liberado en muy mal estado. "Estaba en la piel, con la piel muy mortecina. Además, había perdido la conciencia y tenía alucinaciones".