PSOE y BNG acuerdan gobernar juntos o apoyarse en 30 municipios
Las direcciones del PSdeG-PSOE y del Bloque Nacionalista Galego (BNG) alcanzaron ayer un acuerdo de colaboración política que se plasmará en una treintena de ayuntamientos gallegos. Ambas fuerzas no sólo se apoyarán mutuamente para cerrar el paso al PP en 17 municipios donde los populares fueron la fuerza más votada, sino que también buscarán fórmulas para garantizar la estabilidad de los gobiernos locales en otros 13 en los que socialistas o nacionalistas ya tenían asegurada la alcaldía con mayoría simple. En cada uno de esos casos serán las organizaciones locales las que decidan si participan en el gobierno o sólo lo sostienen.
El acuerdo alcanzado ayer es el de mayor calado político que hayan suscrito nunca en Galicia socialistas y nacionalistas. En 1995, tras las pasadas elecciones municipales, PSOE y BNG ya se apoyaron mutuamente en las corporaciones locales, pero entonces el pacto se ceñía a la elección de alcalde y sólo se aplicó en aquellos casos en que era imprescindible para cerrar el paso al PP al haber sido ésta la fuerza más votada. Ahora, por primera vez , se establece el compromiso explícito de garantizar la estabilidad de todos los gobiernos locales en las corporaciones donde la izquierda es mayoritaria. El pacto permitirá a los nacionalistas hacerse con las alcaldías de Vigo, Santiago y Ferrol, y al PSOE con las de Santiago y Lugo. De ese modo, los socialistas tendrán el mando de al menos 55 de las 315 corporaciones locales de Galicia, y el BNG de otras 12. Esas cifras pueden incrementarse si las dos fuerzas logran ampliar su colaboración a algunos independientes que tienen la llave de la gobernabilidad en una veintena de ayuntamientos. La mayor parte de esos grupos sin adscripción a partidos se mueve en la órbita ideológica del centro derecha, pero entre ellos abundan los agraviados con el PP que, en determinadas circunstancias, podrían decantarse por una alianza con la izquierda. En casos aislados también será necesario incorporar al acuerdo a concejales de Izquierda Unida y Esquerda de Galicia (escindida de la anterior), dos fuerzas muy minoritarias.
El camino para el acuerdo estaba tan allanado de antemano que se anunció tras poco más de dos horas de reunión, celebrada en la sede del PSdeG. Las delegaciones las encabezaban los respectivos líderes, el nacionalista Xosé Manuel Beiras y el socialista Emilio Pérez Touriño. El compromiso alcanzado entre las direcciones deja libertad a los respectivos grupos municipales para que decidan si prefieren formar una coalición de gobierno o simplemente suscriben un pacto para sostener a los alcaldes. Aunque no figura explícitamente en el comunicado conjunto entregado al final de la reunión, el criterio previsto en un principio es que se tratará de buscar gobiernos de coalición en las poblaciones donde hay mayor equilibrio de fuerzas entre PSOE y BNG. Al menos en Vigo, Lugo y Santiago se prevé que vaya a haber un reparto de las responsabilidades de gobierno. El proceso de negociaciones en cada localidad estará supervisado por los respectivos secretarios de Política Municipal y al final del proceso volverán a reunirse los dos líderes para evaluar sus resultados y ratificarlos.
"No queremos imponer nada a nuestro grupos municipales", explicó Beiras, "porque ellos podrán decidir en función de los programas que tiene cada uno para sus respectivos municipios". Beiras se cuidó de dejar bien sentado que el pacto "no es un frente contra nadie" sino un modo de traducir a los gobiernos de las corporaciones las mayorías electorales "progresistas". Aunque ninguno de los dirigentes quiso especificar si se tomarían medidas contra los concejales que no secunden el pacto, los dos detallaron claramente que repartirán instrucciones precisas a fin de que nadie incumpla el compromiso. "Pero no debemos ser pesimistas, porque estoy convencido de que no habrá rebeldes", precisó Beiras.
Pérez Touriño desdeñó las críticas al pacto con el BNG que han formulado algunos dirigentes del PSOE como el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra. "Ni me ocupa ni me preocupa lo que diga. Las decisiones políticas en el PSdeG las toman su ejecutiva y su secretario general. Yo tengo mi propio criterio y no entro en lo que opine el secretario general del partido en Extremadura".
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