Problemas en el recinto de madres e hijos de la cárcel de Soto
El Defensor del Menor, Javier Urra, denuncia en su memoria que la unidad de madres presas con niños de la cárcel de Soto del Real "no reúne las condiciones idóneas" y reclama la construcción de una nueva. Resalta que el recinto, donde viven 26 mujeres y 28 niños menores de tres años, no ocupa un edificio aparte (como establece el reglamento penitenciario), sino un módulo más del presidio. La lejanía de las instalaciones respecto a los servicios médicos y educativos más cercanos, en el municipio de Soto del Real, es otra de las deficiencias observadas por Urra.También critica la imposibilidad de que los niños duerman en un espacio separado de su madre una vez finalizada la lactancia y la dureza arquitectónica de la zona de estar, con cemento y sin juguetes. Considera, asimismo, que las puertas automatizadas de las celdas constituyen un riesgo físico para los chavales.
Portavoces de Instituciones Penitenciarias reconocen las limitaciones de la unidad de madres de Soto y las atribuyen a que el módulo en el que se ubicó no estaba previsto para albergar niños. "En la medida de lo posible intentamos mejorarlo. Hemos dotado al espacio de juegos de arena y plantas", indican. Pero descartan por ahora levantar un nuevo edificio.
Otra recomendación del Defensor es incrementar el número de pisos de estancia para madres en tercer grado penitenciario (cuando van sólo a dormir a la cárcel) con sus niños. En Madrid sólo existe una experiencia así, regentada por la asociación Nuevo Futuro, para seis madres y siete hijos. "La cárcel es un lugar durísimo para los niños, pero para no separarles de sus madres hay que aumentar las experiencias de cumplimiento de pena en pisos", asegura Urra.
Tercer grado alternativo
El Defensor propone una forma alternativa de cumplimiento del tercer grado para estas madres que consistiría en invertir el sistema actual. De día, mientras sus hijos acuden a escuelas infantiles, las mujeres asistirían a programas de rehabilitación en la cárcel y disfrutarían de régimen abierto por la noche para estar con ellos. Con este método, Urra pretende dar solución a uno de los habituales reparos de Instituciones Penitenciarias al sistema de pisos: que exige numerosos funcionarios de vigilancia para unas pocas reclusas. Durante el día, las presas estarían controladas en la cárcel, con lo que en los pisos no requerirían vigilancia. Además de la unidad de madres de Soto, hay otra en la cárcel de Aranjuez, con 30 mujeres y 31 niños. Por estar recién abierta, no se incluye en la memoria del Defensor.
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