El 13-J abre un mapa autonómico más plural
El PP gobernará en seis comunidades, el PSOE en cuatro y cinco quedan a expensa de pactos
Las elecciones en 13 de las 17 comunidades autónomas se han saldado con una clara victoria del PP, pero han abierto también un mapa más plural. El PSOE gobernará en cuatro comunidades autónomas; el PP lo hará en seis; los nacionalistas vascos y catalanes en otras dos y cinco comunidades estarán a expensas de los pactos que se cierren. Antes de las elecciones del domingo, el reparto era rotundo a favor del PP, que gobernaba en 11 comunidades autónomas; el PSOE, en tres; Convergencia i Unió (CiU) en una; los nacionalistas vascos en otra y Coalición Canaria (CC), apoyada por el PP, en otra más.
El triunfo socialista por mayoría absoluta en Asturias y la consolidación de su victoria en Extremadura y Castilla-La Mancha concede al PSOE el poder en cuatro de las 17 comunidades autónomas si se añade Andalucía, que no participó en estas elecciones al pertenecer a las autonomías llamadas de vía rápida, que tienen la facultad de celebrar elecciones libremente.
El PP consigue la mayoría absoluta en cinco comunidades: Madrid, Castilla y León, Murcia, La Rioja y Comunidad Valenciana. Pero son seis si se añade Galicia, también de vía rápida, que celebró elecciones en octubre de 1997.
Los nacionalistas gobiernan en otras dos comunidades. El PNV gobierna en coalición con Eusko Alkartasuna (EA) en Euskadi desde las elecciones vascas del pasado 25 de octubre, y Convergencia i Unió (CiU) en Cataluña, donde se celebrarán elecciones autonómicas el próximo otoño.
Hay cinco comunidades autónomas donde ningún partido ha obtenido mayoría absoluta y están a expensas de los pactos que se realicen, aunque el PP logró la mayoría relativa en cuatro de ellas. Estas comunidades son, en primer lugar, Baleares, donde el PP fue el partido más votado, pero sin lograr la mayoría absoluta que consiguió hace cuatro años. Unió Mallorquina (UM) tiene la llave de la gobernabilidad en esta comunidad, pues el resto de los partidos -Partido Progresista, IU y Partido Socialista de Menorca- están aliados al PSOE.
Aragón, donde también ganó el PP, la remontada del PSOE deja en manos del Par (Partido Aragonés) quién gobernará la comunidad. En Cantabria, donde también venció el PP como minoría más votada, las llaves de la gobernabilidad están en el partido Regionalista de Cantabria (PRC).
En Canarias, donde ganó Coalición Canaria (CC), es este partido regionalista el que decidirá si se alia con el PSOE, segunda fuerza, o el PP, que ha pasado al tercer puesto, sin duda afectado por los escándalos de Santa Cruz de Tenerife.
Por último, en Navarra, la triunfante Unión del Pueblo Navarro (UPN), que engloba al PP, necesita el apoyo de un segundo partido para conseguir la mayoría absoluta, que se la puede dar el PSOE. La otra alternativa de UPN para conseguir mayoría es imposible hoy por hoy: Euskal Herritarrok (EH). El nuevo mapa autonómico no cambia la actual relación de fuerzas -al mantener el PP el gobierno en una mayoría de comunidades autónomas- en organismos tan importantes como el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que acuerda la financiación autonómica. Pero no es menos cierto que los socialistas van a disponer de más voz. Lo mismo sucederá en la Comisión General de Comunidades Autónomas del Senado, que será testigo en los próximos meses del debate sobre el estado de las autonomías, según prometió la presidenta de la Cámara, Esperanza Aguirre.
El resultado electoral saca también al PSOE del gueto de representar a las comunidades del sur, lo que ha condicionado su política desde las anteriores elecciones autonómicas de hace cuatro años.
Las elecciones del domingo han consagrado también a nuevos líderes autonómicos y han derrotado a otros. En el PP, la estrella en alza es sin lugar a dudas el presidente de la Comunidad Valenciana, Eduardo Zaplana, que ha triunfado rotundamente sobre los socialistas, desangrados por sus peleas internas. Zaplana, que ya tenía voz como demostró con su oferta del nuevo modelo de financiación autonómica, es ahora el presidente regional de referencia en el PP. Su victoria coincide además con el final de la vida política del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, y el discreto resultado de los que le habían tomado el relevo como referentes autonómicos del PP: Juan José Lucas, de Castilla y León, con una discreta bajada, y Alberto Ruiz-Gallardón, presidente de la Comunidad de Madrid, que se ha estancado.
En el PSOE, José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, se consolida como figura en alza por su importante avance en la comunidad que gobierna desde su constitución, en 1983. Seguirá haciendo oír su voz el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y entra con fuerza el nuevo presidente asturiano, el ex alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces.
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