Fraga sufre por primera vez un duro revés, y el BNG conquista las alcaldías de Vigo, Pontevedra y Ferrol

El PP consiguió mantener ayer su hegemonía en los municipios gallegos, pero sufrió un serio revés electoral, el primero que padece el fundador del PP, Manuel Fraga, en los diez años que lleva gobernando Galicia. Los populares perdieron las alcaldías de cuatro importantes ciudades -Vigo, Pontevedra, Ferrol y Lugo-, y de madrugada el escrutinio aún no había aclarado si lograrían conservar la Diputación de A Coruña. El Bloque Nacionalista Galego (BNG), la formación liderada por Xosé Manuel Beiras, confirmó su esperado avance, aunque esta vez no logró sobrepasar al PSOE, como había hecho en las elecciones autonómicas de 1997. El mayor éxito socialista estuvo en A Coruña, donde Francisco Vázquez logra su quinta mayoría absoluta consecutiva.

La actitud de Fraga en su primera comparecencia de la noche, dedicada a exaltar los ascensos del centro-derecha en la mayoría de los países europeos, reflejaba el varapalo que sufrieron ayer los populares gallegos, que mantienen su dominio absoluto en el rural, pero entregan las ciudades a la izquierda. El PP gobernaba hasta ahora en cinco de los siete principales núcleos urbanos de la comunidad y, tras los resultados de ayer todo indica que se quedará con una sola de esas alcaldías. El partido en el poder autonómico también sufrió un sonoro fracaso en la capital de la comunidad, Santiago de Compostela, donde el propio Fraga había encabezado una larga ofensiva para arrebatar el Ayuntamiento al PSOE.

El avance del nacionalismo es algo más modesto de lo que anunciaban las encuestas, sobre todo porque los socialistas han resistido mejor de lo que se preveía. Con todo, el BNG volvió a dar ayer un salto cualitativo ya que de gobernar sólo una decena de pequeños municipios pasará a tener probablemente las alcaldías de Vigo -la ciudad más populosa de Galicia-, Pontevedra y Ferrol. El líder nacionalista, Xosé Manuel Beiras, reiteró anoche sus ofertas de pacto al PSOE, partido que pareció aceptar de inmediato este mensaje, aunque no de modo explícito. "Apostamos por gobiernos de progreso", se limitó a declarar el secretario general del PSdeG, Emilio Pérez Touriño.

Algunos dirigentes locales fueron más claros: en Santiago, el BNG anunció que dará la alcaldía al PSOE, y en Vigo, el socialista Carlos Príncipe dejó caer que apoyará al nacionalista Lois Pérez Castrillo.

Además de Santiago, el pacto con el BNG reportaría al PSOE la alcaldía de Lugo, la gran sorpresa de la jornada, ya que la izquierda nunca había logrado el triunfo en esta ciudad.

El único éxito del PP en los principales núcleos urbanos se produjo en Ourense, donde el alcalde, Manuel Cabezas, amplió su mayoría absoluta. Más importante fue aún el triunfo del socialista Francisco Vázquez en A Coruña frente a un PP que, lejos de erosionarle, cede tres concejales. En esta ciudad la subida del BNG es muy moderada: de dos a tres ediles.

El PP gallego, con todo, mantiene su primera posición en el medio rural y las localidades de tamaño medio. Los socialistas consiguen detener su caída, y los nacionalistas avanzan considerablemente, aunque también pierden las tres alcaldías de la Península del Morrazo (Cangas, Moaña y Bueu), que pasan a manos del PP por mayoría absoluta.