Jordi Pujol reclama todo el voto catalanista para Joaquim Molins
Convergència i Unió (CiU) reclamó ayer, en el mitin final de campaña de las elecciones municipales de Barcelona, la unidad del voto catalanista en un último intento para que el próximo domingo la coalición nacionalista no vuelva a perder sus enésimas elecciones en la ciudad, y así el camino hacia las autonómicas esté más despejado. El candidato a alcalde, Joaquim Molins, pidió el voto por convicción patriótica; el presidente de Convergència Democràtica (CDC), Jordi Pujol, para incorporar Barcelona al proyecto global de Cataluña, y el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, extendió su solicitud incluso a los militantes y simpatizantes socialistas, "avergonzados de que su partido tenga que recurrir siempre a la figura de Felipe González" como referente. Los nacionalistas quisieron hacer gala ayer de su denominación y especificidad. En el parque de atracciones del Tibidabo se sucedieron los mensajes ideológicos, de catalanismo y nacionalismo, frente a los puramente programáticos para Barcelona. Y así, todo se ciñó a un discurso con el objetivo de conseguir la unidad institucional de Cataluña. CiU no tiene la carta de Barcelona y para alcanzarla necesita el voto de la ciudadanía, fue la idea central de todos los oradores. Molins apeló a los votos de aquellos que "aman" Barcelona y de los patriotass catalanes, de los que aspiran a tener un alcalde catalanista frente al socialista, Joan Clos, a quien definió como un "verdadero producto de la mercadotecnia". Pujol reclamó la fidelidad de los electores para que CiU pueda reivindicar con más fuerza su proyecto de país y aprovechar las posibilidades que le brinda el futuro "quitándose ahora de enfrente las telarañas". Fue el presidente de CDC quien más duro se mostró con el Partit dels Socialistes y con la gestión de Joan Clos. Volvió a repetir que los socialistas han ocultado toda la labor que el Gobierno de CiU ha dedicado a Barcelona.
