Antropoides

Desde hace años se viene estudiando si los chimpancés disfrutan de algún grado de inteligencia. Se afirma, por sus reacciones, que gozan de cierto grado de comprensión. Su comportamiento, ante situaciones parecidas, no es igual. Es su diferencia con otros animales, cuya respuesta siempre es la misma. Estos estudios han buscado un punto de encuentro con el hombre y, tal vez, no hubiera sido necesario realizarlos si, en la probeta de ensayo, hubieran introducido comportamientos como los que se han dado en Motril y que ningún antropoide hubiera seguido. La conclusión, sin tanto estudio, hubiera sido que el CI de los monos es superior. En qué cabeza humanoide o antropoide cabe realizar un simulacro de incendio con botes de los que asfixian y, sin encomendarse a dios ni a los padres, lanzarlos en un colegio de discapacitados que, por su discapacidad, requieren de atención especial ante situaciones ordinarias y, ante extraordinarias, una atención mayor. Pues cabe en la cabeza de los que decidieron un siniestro virtual en un colegio de Motril. Resultado, un joven, que practicaba con éxito el deporte y que padecía síndrome de Down, se asustó con el humo, se encerró en su soledad y murió sin que nadie le ayudara a comprender que todo era mentira. Hay una investigación abierta y, sin esperar, se está diciendo que ha sido un accidente. Pues claro que fue sin querer, sólo faltaba lo contrario. Hay más, un profesor ha felicitado por lo bien que se hizo el simulacro. Este es el problema, de nuevo los que deciden actúan de la misma forma que comen los pollos, refleja y repetitiva. Otra vez se olvida que, ni todos los incendios son iguales, ni todas las medidas de cuidado idénticas. La respuesta no puede ser la misma por el hecho de que salga humo. Hasta el chimpancé se da cuenta y no actúa como el pollo, parece como si comprendiera o reflexionara. Reflexión que se echa de menos en esta ocasión y en ese profesor que ha gastado su tiempo en felicitar por el simulacro, cuando tanto ahorro se ha dado en actos que pudieran haber evitado esta muerte. Tal vez la felicitación hubiera tenido mejor acomodo en la parte más íntima del universo corporal del, o los, responsables.EUGENIO SUÁREZ PALOMARES