El fiscal retira los cargos contra un guardia civil de Balaguer, acusado de tortura

El primer juicio celebrado en Lleida por un caso de torturas contra un guardia civil de Balaguer (Noguera), acusado de obligar a un detenido a confesar su autoría en un robo, acabará con una sentencia absolutoria. El fiscal decidió retirar ayer la acusación contra el agente ante las numerosas contradicciones en las que incurrió el denunciante durante la vista oral en la Audiencia Provincial. Los hechos juzgados, por los que el fiscal solicitaba una pena de un año de prisión y ocho de inhabilitación, se produjeron en julio de 1997 en el cuartel de Balaguer, donde se encontraban detenidas cinco personas acusadas de diversos robos. Cuatro de los sospechosos quedaron en libertad tras ser interrogados, pero Carlos R. G. expresó su deseo de declarar sólo ante el juez, por lo que quedó ingresado. Al día siguiente, el detenido fue trasladado a una dependencia del cuartel y, sin asistencia letrada, fue interrogado por el agente acusado, Enrique D. A., de 31 años. Éste negó que vulnerase ningún derecho del detenido. Según el escrito de acusación del fiscal, el guardia civil consiguió bajo amenazas y golpes que el detenido confesara su participación en el robo. No obstante, Carlos R. G. no denunció las supuestas torturas hasta que fue puesto en libertad. La acusación sostenía que a causa de los golpes recibidos el detenido sufrió hematomas en la cara y una perforación del tímpano izquierdo. El agente, que negó los cargos, dijo que Carlos R. G. había confesado de forma voluntaria después de leer las declaraciones de los otros detenidos que le inculpaban. El fiscal retiró la acusación contra el guardia civil tras escuchar la versión del denunciante, que incurrió en numerosas contradicciones respecto a cómo ocurrieron los hechos.