Ràfols-Casamada describe la mirada paralela de la pintura y la poesía
"El perfil poético de las cosas siempre se puede encontrar, pero hay que saber expresar esa mirada. Ahí es donde surge la dimensión poética". Una mirada que se puede transmitir sin ser oída, a través de la pintura, o ser vista gracias a la poesía. Todo esto explicó ayer el pintor y poeta catalán Albert Ràfols-Casamada (Barcelona, 1923) en la conferencia Pintura y poesía con la que se clausuró el ciclo Letra e imagen que se ha desarrollado en el IVAM. Son muchos los artistas que han utilizado las letras en sus composiones, desde los cubistas Braque y Picasso hasta la poesía visual más actual, pasando por Klee, Torres-García, Barradas o Tàpies. En realidad, las vanguardias se encargaron de extender este uso, recordó Ràfols-Casamada, quien subrayó "la plasticidad y el carácter abstracto y referencial" de las letras. Él empezó simultáneamente a pintar y a escribir, pero no fue hasta mediados de los años setenta cuando publicó su primer libro que llevó el significativo título de Signes d"aire, apuntó en el director del IVAM, Juan Manuel Bonet. En cierto modo, el título caracteriza la obra abstracta de marcado aliento poético del pintor catalán. Ràfols-Casamada ilustró su discurso, fundamentado en el paralelismo entre la pintura y la poesía, aludiendo en primer lugar a la atribución de colores a cada vocal que realizó Rimbaud en un poema o al libro que acaba de publicar en el que se recogen 12 grabados de otros tantos colores acompañados por una docena de poemas y otra de textos en prosa. El IVAM está preparando una exposición de Ràfols-Casamada para finales del 2000.
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