Cáceres, la lenta decadencia
El feudo de los populares extremeños es una ciudad sometida a la fiebre urbanística pero que carece de infraestructuras
La joya de la corona de los populares extremeños. La ciudad más conservadora de la comunidad y la más contradictoria. Capaz de congregar varias veces al año a miles de devotos en actos de exaltación mariana, pero también con la suficiente dosis de rebeldía para convertirse en un enclave de convivencia pacífica de los nuevos hippies que reinventan cada doce meses aquella historia de haz el amor y no la guerra. Sin embargo, sometida a una neurosis urbanística sin precedentes, Cáceres, sin proyección administrativa, pierde enteros ante la pasividad de los populares y su mayoría absoluta.Ahora es frecuente la imagen de feligreses madrugadores que caminan hacia el cumplimiento de sus deberes religiosos cruzándose con noctámbulos molestos por las primeras luces del día. Y es que en Cáceres los bares no tienen horarios. La única revuelta popular que conoce esta ciudad se produjo para evitar precisamente su cierre a la temprana hora de las tres de la madrugada. Gobernaba entonces la izquierda, pero las cosas siguen igual en la actualidad con el alcalde del PP, José María Saponi, un tipo listo, curtido en mil batallas, respetuoso con las instituciones cualquiera que sea su signo político y muy permeable para interpretar los clamores de la calle.
Ante un obstáculo, Saponi deja correr el tiempo a su favor. Tira la piedra y esconde la mano. Lo hizo anunciando un aparcamiento en la plaza Mayor , un auténtico disparate según expertos en patrimonio, y mostrándose esquivo ante el WOMAD, el festival de música y otras artes que reúne cada año a miles de personas. Ni se atreve a realizar el aparcamiento ni se opone abiertamente al encuentro étnico que promueve Peter Gabriel.
Sin infraestructuras
Nadie duda de que el PP volverá a ganar y con mayoría absoluta, como en los pasados comicios, aunque la ciudad sigue sin resolver sus principales problemas. Cáceres se desmantela administrativamente al perder prácticamente todo el peso que tenía como capital de provincia.Carece de tejido industrial y en tiempos en los que la superación de las infraestructuras tercermundistas es el mejor aval del Gobierno extremeño, aparece como un reducto aislado: sin autovías, sin carreteras de circunvalación, asfixiada por su orografía, con una presa de abastecimiento insuficiente, un tráfico caótico y golpeada por un problema juvenil grave.
Aquí se inventó el botellón: miles de jóvenes que llegan a la bebida a temprana edad a base de autoabastecerse en pequeñas tiendas con un horario prohibitivo para el resto del comercio. La estampa de un fin de semana es la plaza Mayor es una bofetada visual para los visitantes de esa zona histórica. La ciudad presume con razón de una amplia oferta lúdica y cultural y mira al turismo como salvavidas.
El PP dice haber "cumplido su programa electoral" y emplaza a los escépticos a que se den "una vuelta para ver cómo está ahora la ciudad". "No hay más ciego que el que no quiere ver", repite en campaña Saponi, al tiempo que recuerda haber invertido en cuatro años 15.000 millones de pesetas, el 70% aportado por los propios ciudadanos "y sin haber subido para ello los impuestos".
Los socialistas, que, salvo el último año, han realizado una oposición muy blanda, acusan al PP de "carecer de proyecto", de gobernar con "improvisación" y de sumir a Cáceres en la vorágine de la especulación urbanística .
10.000 nuevas viviendas
Una ciudad cuya población no llega a los 80.000 habitantes proyecta para los próximos años alrededor de 10.000 nuevas viviendas, muchas de ellas en suelo no urbanizable que el Ayuntamiento ha recalificado mediante convenios con los promotores privados a cambio de la cesión de terrenos al municipio que establece la ley. Nadie desvela quien las ocupará teniendo en cuenta que la población no puede crecer a ese ritmo .Victoriano Roncero, un ingeniero de caminos es el jefe de la oposición. Culpa al PP de actuar "a golpe de presión" y proclama que el PSOE "tiene un proyecto de ciudad", recordando que las principales obras que han realizado los populares procedían de la etapa socialista. Su gran oferta electoral es conseguir para Cáceres a medio plazo la declaración de "capital cultural de Europa", siguiendo el modelo de Salamanca.
Mientras tanto, Saponi recuerda que "el futuro se hace día a día", proclama que la ciudad "no tiene chabolas" y apuesta por que "la prosperidad se realice con el más absoluto respeto a la ciudad monumental", declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.