El PSOE quiere hacer de Asturias su trampolín
La ruptura del PP tras su primera experiencia al frente del Gobierno del Principado despeja el camino a una izquierda siempre mayoritaria
La ruptura del PP tras su primera experiencia de gobierno; el nacimiento de otro fenómeno regionalista, la Unión Renovadora Asturiana (Uras), de Sergio Marqués, el presidente de la comunidad; el restablecimiento del diálogo en la izquierda; la fortaleza del candidato socialista, Vicente Álvarez Areces, alcalde de Gijón hasta ahora, y el gran despliegue nacional de los populares colocan al Principado de Asturias en el epicentro de la más cruda batalla electoral. El PSOE cobra ventaja, según todas las encuestas.La izquierda nunca dejó de ser mayoritaria. Sin embargo, el comportamiento electoral de los asturianos avala una línea de conducta muy en línea con la tendencia dominante en el conjunto del país, que sigue siendo favorable al PP, por lo que esta formación, para eludir su quiebra interna, ha planteado una campaña en clave nacional. A su vez, el regionalismo, que no ha tenido apenas arraigo en una comunidad que se ha movido siempre en virtud de las grandes corrientes ideológicas, propugna con renovado empeño la consolidación de esta tendencia con la concurrencia del Partíu Asturianista (Pas), que cuenta con un único diputado desde 1991, y la Uras.
En este marco, el PSOE pretende que Asturias vuelva a ser la cuna de la Reconquista: el primer caso de reversión a la esfera socialista de una comunidad caída en manos de los populares. Para ello confía en el descrédito que al PP le ha supuesto la descomunal guerra fratricida de sus dirigentes y la torpeza con la que la trasladaron a las instituciones en la primera ocasión en la que gobernaron, tras trece años de Ejecutivos socialistas.
El PSOE fundamenta además sus bazas en la mayoría de izquierdas existente -un nuevo desencuentro con IU sería altamente costoso para ambos- y en la fortaleza de Álvarez Areces, al que avalan tres mandatos consecutivos en Gijón, la mayor ciudad de la comunidad. Areces aporta carisma y tirón electoral. En 1995, en ese municipio, obtuvo un 23% más de votos de los que cosechó la candidatura autonómica de su partido. Por añadidura, le asiste una probada capacidad de entendimiento con el resto de la izquierda.
La tendencia del voto apunta a una clara recuperación socialista. Viene ocurriendo así, de forma ininterrumpida y progresiva, desde el primero de los tres triunfos electorales consecutivos del PP. En los comicios europeos de junio de 1994, el PP superó al PSOE por 13 puntos. Pero desde entonces el PSOE ha recortando distancias: en los autonómicos de 1995 la diferencia ya fue de 8,5 puntos y en los generales de marzo de 1996 de apenas dos. Ahora, tras los graves avatares del PP y la escisión de los seguidores de Marqués, los sondeos más desfavorables para los socialistas apuntan a un empate en escaños entre ambas fuerzas cuando en las elecciones autonómicas de 1995 el PP obtuvo 21 -al final llegó con 16-, cuatro más que el PSOE.
El grueso de las encuestas, en efecto, se ha inclinando a medida que avanzaba la campaña por un vuelco, es decir por un triunfo socialista. En cualquier caso, es obvio que la izquierda obtendrá de nuevo la mayoría. Hace cuatro años, el PSOE e IU la tuvieron, al sumar 23 escaños, pero no se pusieron de acuerdo. Ahora hay síntomas claros de diálogo.
No obstante, el PP no da la batalla por perdida. Va a echar el resto. En los últimos seis meses, Asturias ha recibido 37 visitas ministeriales y en las dos últimas semanas el vicepresidente primero del Gobierno y diputado nacional, Francisco Álvarez Cascos, se ha instalado prácticamente en el Principado, hasta el extremo de restar protagonismo y notoriedad al candidato, Ovidio Sánchez, ex presidente del Parlamento regional. Cascos, el verdadero dirigente subrepticio de los populares asturianos y coprotagonista de la crisis del último año y de la ruptura del partido, sabe que se la juega el domingo en su feudo. Para fortalecer sus posiciones en una tierra que les fue adversa durante 13 años y que malbarataron apenas tuvieron ocasión de gobernarla, el presidente del PP y del Gobierno central, José María Aznar, también se desplazó a Asturias en vísperas del inicio de la campaña. Fue su primera visita a la comunidad desde que reside en La Moncloa. Precisamente, los populares han basado su discurso en los logros del Ejecutivo de Aznar y en el voto útil para evitar que su electorado se disperse ante el reclamo de la Uras.
El secretario general del PP, Javier Arenas, que igualmente ha intervenido en tres actos públicos en menos de dos meses, ya anunció en Gijón el 11 de abril que su partido no renuncia a gobernar el Principado: "Después del País Vasco, Asturias es nuestra máxima prioridad electoral". Incluso Manuel Fraga, el fundador del PP y presidente de Galicia, se ha acercado a Castropol para hacer campaña fuera de su tierra.
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