Otro Tour bajo sospecha
Dentro de un mes comenzará la prueba en un clima de confusión, con todos los sumarios abiertos
Cada uno de los equipos españoles que dispute el próximo Tour deberá declarar previamente, a través de las autoridades españolas, la lista de medicamentos que se dispone a introducir en territorio francés. El médico del equipo, igualmente, deberá disfrutar de una licencia temporal para trabajar en Francia. Y nadie les garantiza que no vayan a sufrir registros de la policía aduanera o, como en el caso de Manolo Saiz, director del equipo ONCE, que sean llamados a declarar en plena carrera. Muchas cosas han cambiado de un Tour a otro, pero no el clima: el ciclismo sigue bajo sospecha.El próximo 16 de junio, el director del Tour, Jean Marie Leblanc, dará la lista de los 20 equipos que tomarán la salida el 3 de julio para disputar el último Tour del siglo. No resultará una decisión sencilla como ha venido siendo hasta ahora (16 equipos participaban por ser los primeros en la clasificación mundial, y los restantes cuatro eran invitados discrecionalmente por la organización) porque el Tour anunció el pasado 5 de noviembre que se reserva el derecho a recusar a todo corredor o equipo que atente a la imagen y reputación de la carrera por asuntos relacionados con el dopaje. Aún bajo los efectos de la expulsión de Pantani del Giro de Italia, el pelotón ciclista se apresta a disputar la prueba reina en un ambiente donde reina la confusión. "No hemos alcanzado el límite en nuestra capacidad de sorpresa", comentaba José Miguel Echávarri, director del Banesto.
Casi un año después de que la policía descubriera un arsenal de medicamentos en un automóvil del equipo Festina, no puede afirmarse que la situación haya mejorado. Donde antes sólo había un sumario, ahora hay tres: Lille (caso Festina), Reims (caso TVM) y París (caso Lavelot-Sainz) y la lista de imputados alcanza al propio presidente de la federación francesa de ciclismo, Daniel Baal. Hasta el presidente de la Unión Ciclista Internacional, Hein Verbruggen, ha tenido que declarar en comisaría. Todo ello sin considerar los casos judiciales abiertos en Italia, que afectan a buena parte del pelotón italiano y a doctores que han llevado la preparación de muchos ciclistas (Gotti, Savoldelli y el español Olano han pasado a declarar, entre otros). Pero los sumarios permanecen abiertos y las investigaciones policiales siguen su curso. Nadie puede garantizar que nuevas revelaciones no golpeen la inestable tranquilidad del pelotón ciclista.
Una lista preliminar del Tour detalla cuáles son los 16 equipos que se han ganado el derecho a participar por méritos deportivos, de acuerdo con la clasificación de la UCI (Unión Ciclista Internacional) a fecha 31 de diciembre. Entre esos 16 equipos hay cuatro franceses, cuatro italianos y cuatro españoles (ONCE, Banesto, Kelme y Vitalicio). Está, por ejemplo, el Cofidis francés, cuyo líder, el belga Frank Vandenbroucke, ha tenido que declarar por el sumario abierto en París por una red de tráfico de sustancias prohibidas. Vandenbroucke era cliente del falso doctor Sainz, uno de los principales sospechosos. Está también el equipo Crédit Agricole, cuyo director, Roger Legeay, figura imputado en el sumario Festina. Y el Polti italiano, que pretende inscribir en el Tour a Richard Virenque, a quien, a pesar de las imputaciones y de las sospechas, no se ha podido sancionar deportivamente. O el Mercatone Uno, ahora bajo sospecha por lo sucedido en el Giro a Pantani. O el TVM holandés, cuyos ciclistas abandonaron la prueba el año pasado cuando pisaron suelo suizo para evitar el acoso de la policía francesa, equipo que tiene abierto un sumario en Reims al haber sido registrado un camión del equipo con un cargamento de sustancias prohibidas en marzo de 1998. ¿Entenderá el Tour que estos equipos han dañado la imagen o la reputación del Tour? Nadie conoce la respuesta. Ni sus posibles repercusiones, caso de decisiones de cierta dureza.
La lista de posibles participantes es una entelequia, empezando por el propio Pantani, que aún no ha revelado sus intenciones a corto plazo. Seguro estará el alemán Ullrich, quien no ha corrido en Francia desde que acabó el último Tour. Nadie sabe qué sorpresas deparará el Tour. Es el caso del equipo ONCE español, cuyo director, Manolo Saiz, todavía no ha podido declarar por la detención del médico del equipo, Nicolás Terrados. Saiz entiende que volverá a ser llamado a declarar, con la repercusión que tiene un hecho de esa naturaleza, pero no sabe cuándo: si antes, si después o si durante el Tour.
La policía aduanera francesa ha seguido registrando automóviles y enseres de los equipos ciclistas a lo largo de este año. Lo que antes resultaba excepcional se ha convertido en una rutina. Del cúmulo de sumarios abiertos se desprenden muchas acusaciones cruzadas entre corredores, directores, masajistas, médicos y dirigentes que deberán convivir durante un mes en Francia. Se habrá multiplicado, desde entonces, el número de controles de orina y de sangre a los corredores, incluso se produjo una polémica entre la UCI y el Tour a cuenta de quién tiene la potestad de ordenar controles. Pero nadie es capaz de proclamar que se ha encontrado la luz al final del túnel.
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