"La vaca ya no es un tótem; es hora de buscar alternativas"

Ángel Duque, nacido un año después de estallar la Guerra Civil, dice que existe un enorme desequilibrio entre los grandes núcleos y la Cantabria profunda. Pregunta. A usted parece dolerle mucho Cantabria, casi rozando el catastrofismo, según se percibe en sus alocuciones.Respuesta. Claro que me duele. Empezamos la precampaña en octubre del año pasado cuando tuve los primeros contactos con colectivos sociales. Desde entonces hemos recorrido unos 3.500 kilómetros por la región. Confirmé algo que me temía. Al margen de la bonanza económica que se palpa en los grandes núcleos de población, se advierte una especie de fatalismo en los valles interiores y en la Cantabria profunda. Hay comarcas que perdieron el 52% de su censo. Todos quieren venirse hacia la costa.

P. ¿Tiene la fórmula para acabar con ese éxodo?

R. Queremos realizar un estudio específico de cada zona, movilizarnos urgentemente e ilusionar a la gente para poner en marcha iniciativas, aprovechar los recursos y buscar otros. La vaca ya no es un tótem entre nosotros. Es la hora de las alternativas.

P. Da la impresión de querer poner como ejemplo el Ayuntamiento de Camargo, donde usted es alcalde, cual si se tratara de una tierra-piloto mirando al futuro. R. Es que lo es. En 1983, estaban empadronados 6.000 habitantes y ahora son 23.000. El presupuesto ascendía a 240 millones y hoy a 3.400. En 36 kilómetros cuadrados, un poco más que el término municipal de Santander funcionan 60 asociaciones culturales. Se han abierto cinco pabellones cubiertos para las prácticas deportivas y otras tantas piscinas, un estadio y dos campos de fútbol. ¿Quiere que siga?

P. Se dice que no practica la política de salón y prefiere aferrarse a la realidad que a los grandes mensajes.

R. Puede que mi concepto de la política sea ése. Lo que ocurre es que soy muy exigente con los colaboradores. Los blandos en el trabajo se sienten incómodos cuando hablo de dinamizar las funciones.