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Tribuna
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Esto es la tercera semana

Ha sido como sospechábamos. Un Giro que venía más tranquilo que otros años porque todo el mundo esperaba la tercera semana, y ha llegado y bien dura que es. Ayer lo vimos de primera mano, pero sin alegrías, porque somos conscientes de que aún queda el Mortirolo y de que hay que ahorrar fuerzas, que bastante gastamos ayer en los 2.600 metros de desnivel o así que tenía la etapa a una media del 9%. Y no olviden que los hemos afrontado con más de 3.000 kilómetros en las piernas. Así que de salida todo el mundo hablaba de que el primer puerto había que subirlo tranquilo, y todo el mundo lo quería, pero hete aquí que atacaron los del Amica Chips y Chepe (González) se cabreó y dijo que si ellos atacaban en el llano él atacaría en el primer puerto. Y dicho y hecho, a cuatro kilómetros de la cima atacó el colombiano del Kelme y con él nos fuimos Piccoli, Sastre y yo. Entonces empezamos a sufrir la ley del Mercatone, que no quería que nadie se moviera.Orlando y yo habíamos salido con idea de probarlo y lo intentamos en el primer repecho que había tras el descenso del primer puerto. Hemos logrado tener 10 segundos de ventaja. Hemos persistido 6-7 kilómetros, pero nada, el Mercatone quería llevar la carrera hecha. Estaba visto que El Pirata quería la etapa. Orlando acabó hasta las narices y se agarró una pataleta. "Antes de quedarme yo, se queda un Mercatone conmigo". Y siguió machacando. Del Mercatone se quedaron Brignoli, Fontanelli y Borgheresi más tarde.

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Y por encima de todos, Marco Pantani

Luego Jimmy se nos ha quedado a mitad del Manghen, el segundo puerto. Nosotros subíamos con Gontchar, que también se estaba quedando. Coronó El Chava con medio minuto o así y le cogimos bajando. La última subida él ya la ha hecho pájara, pájara. Así que hemos ido tranquilos, yo queriendo recuperar para el día siguiente. La Madonna del Campiglio es de lo menos duro que nos queda y hay que seguir intentándolo, aunque al día siguiente llegue el Mortirolo.

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