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Guipúzcoa conecta la N-I con la autopista para eliminar el "punto negro" de Añorga

Mikel Ormazabal

La apertura al tráfico del enlace que conecta la carretera N-I en el municipio guipuzcoano de Lasarte-Oria con la autopista Bilbao-Behobia (A-8) en la entrada de San Sebastián absorberá desde hoy el 40% de los vehículos que circulan por Añorga, uno de los puntos más conflictivos de Guipúzcoa. Ayer fue inaugurado este ramal de 2.800 metros de longitud, conocido como el enlace de Aritzeta, cuyas obras no estarán totalmente concluidas hasta agosto, fecha prevista para dar acceso a los tráficos procedentes de la carretera de la costa (N-634).

El enlace de Aritzeta ha supuesto una inversión de 4.295 millones de pesetas (25,8 millones de euros), de los cuales la Unión Europea ha financiado el 61,4% (2.640 millones de pesetas) a través de los fondos de cohesión. La nueva carretera será la solución que reclamaba el barrio donostiarra de Añorga desde hace muchos años. Por este punto transitan diariamente una media de 75.000 vehículos y registra frecuentes retenciones como consecuencia del elevado índice de accidentes que se producen en él. Está estudiado que el 40% de esos movimientos se canalizarán por el enlace que fue inaugurado ayer por el diputado de Carreteras, Antton Jaime. La conexión de la N-I y la A-8 originará un doble efecto positivo. Por un lado, se establecerá como un itinerario alternativo al paso actual por Añorga, y por otro, supondrá un atajo para los tráficos de la N-I y la N-634 (carretera de la costa) que se dirigen a la autopista Bilbao-Behobia. En lugar de entrar en la trama urbana de San Sebastián, como hasta ahora, podrán hacer uso de este acceso por Aritzeta. De esta forma, el tramo de la autopista A-8 que discurre entre la zona de Aritzeta y la entrada de San Sebastián cuenta ya con tres carriles en cada sentido para dar servicio a los tráficos de la N-I y la A-8 que confluirán en este punto. La construcción del enlace de Aritzeta se ha prolongado durante dos años y un mes. La dificultades de la orografía, los cruces de carreteras y el paso del ferrocarril han exigido excavar 1,2 millones de metros cúbicos de tierra, construir nueve puentes y viaductos, siete muros de contención y un túnel artificial doble de 136 metros de longitud. Se ha puesto especial interés en revegetar las zonas afectadas por las obras con la siembra de 185.000 metros cuadrados y la plantación de 605 árboles y 4.196 arbustos. Por otro lado, el diputado de Urbanismo, Jorge Letamendía, informó ayer de una propuesta elaborada por su departamento, consistente en construir un eje alternativo a la N-I entre el municipio de Lezo y el barrio de Ventas de Irún. Aunque su cartera no tiene competencias en materia de carreteras, Letamendía se atrevió a proponer la creación de un corredor de seis kilómetros, atravesando el alto de Gaintxurizketa mediante un túnel, con el fin de dar salida al tráfico que generarán los futuros polígonos industriales de Oiartzun y Lezo.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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