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MIGUEL ANGUITATORREDONJIMENO

20 años para cambiar

Miguel Anguita Peragón mantuvo abierta su librería mientras de ella obtuvo la satisfacción de la intriga. En la década de los 70 en la trastienda se hablaba de política en rojo, con los comunistas y los cristianos de los movimientos de base. Este propietario de librería, profesor de Matemáticas y a punto de cumplir 58 años, lleva dos décadas en la alcaldía de Torredonjimeno (Jaén). En este tiempo la localidad de casi 14.000 habitantes ha conseguido frenar la emigración que hace dos décadas suponía la huída a los campos para trabajar en campañas agrícolas. "Diariamente, durante muchos años, en los meses de abril y mayo salían cada día varios autobuses cargados de gente. En estos momentos estamos en una zona de pujanda industrial", resalta Manuel Anguita. Su afición por la lectura le llevó a enterarse en 1974 a través de la revista Cuadernos para el diálogo de que en una sola provincia de Francia había 450 contratos de trabajo de habitantes de Torredonjimeno, lo que suponía que unas 2.000 personas (familias enteras) hubiesen emigrado. La necesidad de Miguel Anguita de hacer algo por frenar esta situación le llevó al Ayuntamiento. En 1979 las primeras elecciones municipales democráticas dieron al Partido Comunista el 61% de los votos y Anguita llegó a la alcaldía como independiente incluido en esta candidatura. En la década de los 80 el alcalde dejó su escuela para ocuparse sólo de su tarea como máximo representante municipal. Pero hace tres años cambió de opinión y ha vuelto a las aulas para enseñar a alumos de 14 años. "Eso me ha rejuvenecido mucho. Fue una decisión personal que adopté porque necesitaba estar en contacto con mi mundo profesional", explica. Miguel Anguita es sobradamente conocido en su pueblo. Amable, directo y con las ideas claras, forma parte de una familia identificada con Izquierda Unida. Sus cuatro hermanos están en la formación política y sus dos hijos también. Torredonjimeno tiene arraigado el voto comunista. Quizá, dice el acalde, porque aún se recuerda como en una Nochevieja de la dictadura se llevaron detenidos a más de 20 personas de este partido "humildes, sencillas y honradas". Alrededor de los presos, en un pueblo con una militancia clandestina del PCE muy activa, se creó un halo heróico que todavía perdura.

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