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ELECCIONES 13-J

Anguita responsabiliza a los socialistas de la falta de unidad de la izquierda

"¡Ay, si vosotros quisierais, diputados del PSOE, levantaríamos a España. Pero calláis, calláis, calláis. Tragáis, tragáis, tragáis!". Julio Anguita, coordinador general de IU, clamó ayer así, en Santander, casi en un grito bíblico, por la falta de unidad de la izquierda. No obstante, advirtió de que no cambiará "ni un milímetro" su política y se presentó como la única fuerza de esa izquierda. En tres días, ha convertido la campaña en un durísimo alegato contra la Alianza Atlántica y la guerra de Yugoslavia.

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El taxista se ha declarado "anarquista universal". El taxista ha dicho: "Pues dígale usted a Anguita que meta caña, que hay que cambiar esto". Y luego ha añadido: "Y le advierto de que yo, tal como están las cosas, no voy a votar a nadie. Y como yo, muchos, oiga".Julio Anguita no ha oído al taxista, pero en Gijón, el sábado, y en Santander, ayer, casi, casi, contestó tan directamente como si hubiera escuchado al "anarquista universal": "Cuando entro en los mítines, me dicen: "¡Dales caña!". Y yo digo: la caña hay que darla ahora, cuando todavía se pueden cambiar las cosas. La caña son los votos. Si ahora pedimos caña, esto será un Carnaval".

No es caña lo que quiere Anguita. Quiere reflexión. Y votos. Lo dice a cada instante: "Quiero la fuerza de los votos". Y, cuando le hablan de unidad, recuerda que ya se dirigió a los socialistas en el debate del estado de la nación. Pero que no importa, que lo volverá a hacer: "Porque yo no hablo de unidad en el aire. Yo hablo de la auténtica unidad. Les digo: "¿qué queréis que hagamos en agricultura, en educación, en sanidad, en política de paz...?. Decídmelo. Pero vosotros, socialistas, como hicisteis entonces, calláis, calláis, calláis".

La unidad es tan equívoca que, por si hubiera dudas, el líder de IU deja siempre muy claro algo que ayer repitió dirigiéndose a los socialistas: "Os advierto: por mucho que gritéis, por mucho que insultéis, por mucho que mintáis, no cambiaremos nuestra política ni un milímetro". ¿Y cuál es la política de IU, al menos en esta campaña electoral? Los pactos sólo se harán, dice Anguita parafraseándose a sí mismo, sobre "programa, programa y programa".

El mensaje en esta campaña se mueve en torno a dos ejes. El primero es la guerra de Yugoslavia. A la guerra dedican Anguita y los demás candidatos buena parte de sus intervenciones. A veces, solapando y ocultando los mensajes municipales y autonómicos. Como si se estuviera en una auténtica campaña contra la Alianza Atlántica. Los viejos eslóganes retumban en los polideportivos, se repiten en pancartas y pegatinas: "OTAN, no; bases, fuera". Y se mezclan con otros nuevos: "Aznar, Solana, basura americana".

Luego, en este ambiente, los candidatos hablan de zonas peatonales, de nuevas escuelas, de carreteras, trenes y vías de comunicación. Pero la guerra, por lejana que esté, es la protagonista indiscutible. Que, además, no está tan lejos. Que Anguita se encarga cada día de recordarlo: los españoles "estamos en guerra".

Ayer mismo, en Santander, prácticamente todo el discurso de Anguita estuvo dirigido a analizar la guerra de Yugoslavia; a desenmascarar lo que, en su opinión, son manipulaciones y mentiras de los medios de comunicación -concretamente, de la CNN- censurados y controlados por el Ejército norteamericano.

Bajo una calorina sofocante y ante su candidato a la alcaldía, Ernesto Gómez de la Hera, y la candidata a la Presidencia de la comunidad cántabra, Mari Luz Ruiz Sinde, Anguita dio una auténtica lección histórica sobre el origen de Yugoslavia y las distintas varas de medir que se emplean para juzgar a criminales de guerra o responsables de la limpieza étnica según sean serbios o no.

El segundo punto sobre el que se mueve la campaña es la reivindicación de que sólo hay una izquierda. Sólo un proyecto: IU. La soledad no es mala si se tiene razón. Y Anguita está convencido de que tiene razón. Y con esa fe se dirige a sus fieles: "No hay más garantías de la izquierda que ésta". Es eso de "IU o la nada".

En uno de sus últimos discos, Loquillo cantaba: "La libertad era decir no hay nada que perder / y nada sólo es nada, pero es gratis".

El día 13 las urnas pueden terminar diciendo si la nada es, de verdad, gratis. En el fondo eso es lo que exige Anguita.

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