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El Gobierno estudia sustituir el Ministerio de Industria por uno de Innovación y Tecnología

Presidencia del Gobierno ha abierto el debate para crear un Ministerio de Innovación y Tecnología que sustituya al de Industria y asuma las competencias ahora dispersas. La rivalidad entre ministerios (Industria, Defensa, Economía, Educación y Fomento) ha impedido hasta ahora que se adopten medidas concretas a favor de la I+D y se trata de coordinarlas en una sola unidad. El principal obstáculo a resolver es el futuro del área de energía, en la actualidad secretaría de Estado. En La Moncloa funciona desde hace un año la Oficina de Ciencia y Tecnología.

Una vez lograda la incorporación de España a la moneda única europea, el Gabinete del presidente José María Aznar se ha marcado como objetivo impulsar la innovación tecnológica en España, uno de los países de la UE en los que menos inversión se dedica a la investigación y el desarrollo (I+D). Según datos de la Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica, mientras el producto interior bruto (PIB) español equivale al 11% del de los cuatro grandes países europeos (Alemania, Francia, Italia y reino Unido), el gasto total en I+D supone tan sólo un 4% del que anualmente realizan estos países.De acuerdo con los principios marcados por La Moncloa para la "modernización de España", uno de los caminos para lograr ese objetivo "pasa por un impulso decidido a la innovación en todos los ámbitos de nuestra sociedad, desde la esfera de los poderes públicos a la de las empresas en los sectores productivos".

Cautela

En La Moncloa prefieren ser cautos. Fuentes de Presidencia afirman que su propósito es "impulsar y coordinar" y que, "por el momento, no se ha planificado nada concreto sobre la creación de un nuevo ministerio". Admiten, no obstante, que, en cualquier caso, la decisión de crearlo quedaría aplazada para una próxima legislatura.

Las iniciativas planteadas hasta ahora por el Ejecutivo para potenciar la innovación se han visto frustradas por la disparidad de criterios entre los diferentes ministerios implicados y el afán de sus responsables por protagonizar las actuaciones microeconómicas que Presidencia ha señalado como prioritarias para el futuro.

Consciente de esa rivalidad, Aznar decidió tomar las riendas y creó la Oficina de Innovación y Tecnológía en el Gabinete de Presidencia. A su cargo se encuentra Fernando Aldana como director general, cargo que le queda corto para imponer sus criterios frente a los ministerios. Por eso, desde algunos foros, incluida la patronal CEOE, se ha empezado por reclamar "coordinación" entre los distintos departamentos de la Administración y se ha pasado a reclamar la creación de un nuevo Ministerio de Innovación o, como poco, un organismo nacional de coordinación.

Entre los fracasos más sonados se encuentra el proyecto de Ley de Fomento de la Innovación Industrial y de su régimen fiscal y financiero, propuesta por Industria y abandonada ahora en el olvido, vencida por la resistencia de los departamentos de Economía y Hacienda y Educación y Cultura (antes Educación y Ciencia y con fuertes competencias aún en esta materia).

El equipo de Josep Piqué utilizaba como arma principal de impulso a la I+D las deducciones fiscales. Para Hacienda creaba dos problemas: menores ingresos (estimados en unos 200.000 millones) y una mayor exigencia de controles para determinar qué es y qué no es innovación.

Redundancias

La iniciativa chocó también radicalmente con el Ministerio de Educación, que consideró el proyecto de ley como "redundante" con la Ley de la Ciencia de 1986, indefinida porque "juega intencionadamente con la palabra innovación, a la que no desea definir", y opuesta a la actual estructura de órganos y organismos encargados de la investigación y el desarrollo en el seno de la Administración.

Educación, que controla el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), se resiste a perder una de las patas que hacen fuerte al ministro Mariano Rajoy, la investigación.

En medio de la polémica han aparecido los ministerios de Fomento y de Defensa. El primero, porque sus responsables son conscientes de que uno de los ámbitos en el que se debe volcar una política de innovación que se precie son los servicios y, dentro de ellos, las telecomunicaciones.

El Ministerio de Defensa, que dirige Eduiardo Serra, por su parte, ha asumido en los últimos tiempos importantes competencias en materia de política industrial.

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