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Reportaje:

Baza busca su futuro en los regadíos

Un informe de Cáritas revela que casi el 80% de la población de la comarca de Baza vive en una situación cercana a la pobreza. Esta localidad, 107 kilómetros al noreste de Granada, tiene una de las rentas por habitante más bajas del país. Sin embargo, sus responsables municipales aseguran que la economía de la zona está avanzando con zancadas de cíclope. "Baza está transformada", advierte Manuel Urquiza. El alcalde del PP no duda en afirmar que ya ha cumplido el 100% de su programa electoral de 1995, cuando los bastetanos decidieron con su voto poner fin a 16 años de gobierno socialista. Un signo de ese cambio se ha producido en la agricultura. El principal sector de desarrollo de la comarca ha estado tradicionalmente vinculado a los cultivos de secano. Pero la aprobación en 1998 del Plan de Transformación de Riegos por parte de la Junta de Andalucía ha permitido crear una fértil vega de 4.000 hectáreas. Gracias al agua que llega a través del canal de Jabalcón, ahora se plantan todo tipo de hortalizas. Aunque el cultivo estrella es el espárrago verde, del que llegan a recolectarse mil kilos al día durante la temporada. La mejora de la agricultura ha llevado aparejada la disminución del desempleo. "Aquí apenas existe paro agrícola. De hecho el PER sólo nos ha asignado 17 millones para 1999", aclara el alcalde. Y también ha atraído las inversiones de empresas hortofrutícolas de Murcia y Almería que, cuando terminan la recolección en Baza, contratan a bastetanos para continuar trabajando en sus plantaciones de Águilas y Pulpí. No obstante, el florecimiento de los cultivos no entierra otras realidades. Algunas, anecdóticas. Baza es la ciudad donde un curandero local, el popular Santón, casi deja ciegas a una decena de personas tras ponerlas a mirar directamente el sol para ver a la Virgen. Y el lugar donde un miembro del Ayuntamiento, quizá del equipo de gobierno, satisfizo su libido con noventa llamadas telefónicas a una línea caliente. Otras, preocupantes. La economía sumergida en el sector textil tiene a centenares de bastetanas cosiendo en cocheras durante ocho o nueve horas diarias por 35.000 o 40.000 pesetas. Según el candidato de IU, Juan Pérez Sall, "estas mujeres no se plantean denunciar a sus explotadores porque, al fin y al cabo, les dan trabajo". Y la pobreza, manifiesta en algunas familias que continúan malviviendo en las típicas casas-cueva de la comarca que, por paradoja, ahora también se promocionan como atractivo turístico. En la barriada de Las Cuevas conviven alrededor de 7.000 personas. Unas 4.000 en casas unifamiliares de diez millones de pesetas. El resto en casas-cueva: algunas rehabilitadas, otras en condiciones inhabitables. Un problema que, como denuncia el aspirante del PSOE, Antonio Martínez "reclama la edificación de viviendas de protección oficial que el PP no ha construido".

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