Rabia mía

Me dirijo a usted para hacerle llegar mi rabia ante los continuos robos y ataques de los que he sido testigo en el centro de Madrid, zona en la que resido, y de la total ausencia de la policía en esta vecindad.El domingo 9 de mayo, a las 18.30, salí de mi piso, situado en la calle de Barcelona, y nada más salir a la calle me topé con tres hombres que venían corriendo de la Puerta del Sol.

Sus caras no me eran desconocidas, pues ya las había visto antes robando en la calle; deduje que acababan de cometer otro hurto, ya que se iban repartiendo el dinero procedente de una cartera. Fui inmediatamente en busca de un policía para dar parte de lo que había presenciado, pero no conseguí encontrar a ninguno.

Ya en la Gran Vía observé a otros tres hombres, que se veía claramente que andaban a la caza de turistas, aprovechando la aglomeración que es frecuente en esta zona y a esta hora.

Una vez localizada la víctima, una pareja de canadienses ya mayores, les robaron la cartera con una ingeniosa estrategia y salieron corriendo en dirección a las estrechas calles que llevan a la plaza Soledad Torres Acosta.

Salí detrás de ellos y pude coger a uno. Conseguí que devolviera la cartera, pero el dinero ya había desaparecido; la pareja canadiense me agradeció el haber podido recuperar su cartera, pues no se habían llevado las tarjetas de crédito, les animé a que pusieran una denuncia pero se negaron.

"Ellos no van a hacer nada", dijeron, una frase que cada vez oigo con más frecuencia a conocidos y amigos, que ya no se atreven a visitarme por el temor que tienen a ser robados.

La noche anterior a estos sucesos, un chico inglés fue atacado y robado, terminando en el hospital debido a un corte en la garganta que, afortunadamente, no tuvo consecuencias mortales. Hace un par de meses, dos amigos también fueron robados a punta de cuchillo dentro del portal de mi propia casa.

Una mañana a las siete, cuando me dirigía a mi trabajo, tuve que ayudar a una chica alemana que acababa de ser atacada y robada.

He sido testigo de robos a cualquier hora del día y de la noche, y en casi todas las ocasiones la policía brillaba por su ausencia. He ido a la comisaría muchas veces, he esperado más de una hora para rellenar la correspondiente denuncia, y en ninguna ocasión se me ha informado de cualquier seguimiento.

La situación es realmente intolerable. Mi mujer se muere de miedo cada vez que tiene que volver a casa tarde, ya que grupos de ladrones, a los que reconozco y veo cada día, se pasean con cuchillos robando y atacando en la más total impunidad. Vivo, trabajo y pago mis impuestos en Madrid, y me gustaría saber por qué se da lugar a que esto suceda.

¿Dónde está la policía, cuyo trabajo es el de impedir que esto ocurra?

¿De qué manera se distribuye el dinero de los impuestos dedicado a la protección del ciudadano? ¿Debemos fingir que esto no está pasando e ignorarlo?

Ante la magnitud de este problema, he tenido que aconsejar a familiares y amigos que no vengan a Madrid, lo que me parece una vergüenza, una desgracia nacional de hecho.- . .