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Entrevista

Rita Barberá: “Desde el avión, Valencia está preciosa”

Tiene prácticamente asegurada su reelección, aunque afirma que será la última porque, gobernando cuatro años más, habrá cumplido una etapa. Pero Rita Barberá, elegida alcaldesa en 1991, asegura que no tiene un delfín para sustituirla. "No soy un delfinario", señala.

Pregunta. Han pasado cuatro años desde su reeleción. ¿Consideta cumplidos los objetivos que se marcó en la campaña de 1995?

Respuesta. Sí, tengo un nivel de satisfacción razonable. Hemos cumplido en un porcentaje amplísimo con nuestro programa y hemos hecho cosas que no estaban previstas. Se ha cumplido el objetivo general de mejorar la ciudad. Valencia es hoy una ciudad dinámica, hemos intentado actuar en todos los puntos, mejorar el entorno vital de los ciudadanos. Claro que quedan cosas por hacer, no sólo porque una ciudad siempre está inacabada, sino porque yo me encontré barrios con unas carencias de primer orden. No es normal que hayamos tenido que enterrar 35.000 millones de pesetas en el alcantarillado. Hemos tratado de actuar de forma equilibrada en los barrios, hacer las infraestructuras que proyecten a Valencia hacia el futuro, que proyecten su consideración de gran ciudad. El objetivo general está conseguido, aunque quedan importantísimos proyectos que darán a Valencia una dimensión distinta: el Balcón al Mar, el Parque Central, el Parque de Cabecera.

P. En 1995 Rita Barberá se marcó tres objetivos: seguir con las actuaciones cercanas al ciudadano, como las aceras y el alumbrado; potenciar la proyección de Valencia al exterior y la tercera, el Plan Estratégico. La primera parece cumplida, pero ¿y las otras dos?

R. En cuanto a la proyección al exterior, tenemos equipamientos que hacen a Valencia punto de referencia. Por ejemplo, la programación del Palau, que hoy es un referente en los centros musicales de Europa; los equipamientos de Calatrava y Foster, que son los grandes arquitectos de prestigio de Europa. Todo ello nos proyecta hacia el exterior. Hay medios como el Financial Times o el National Geographic y cadenas como la CNN que se ocupan de Valencia, que opinan sobre la obra de Foster o de Calatrava. Eso quiere decir que estamos en la proyeccción internacional, que estamos ocupando un lugar de liderazgo en el Mediterráneo. Y está el III Milenio, y la propia dinámica ferial, el dato clarísimo del aumento de las pernoctaciones como consecuencia de los congresos y de las ferias, el número de acontecimientos que se celebran en el Palacio de Congresos. Son todos datos clarísimos. Respecto al Plan Estratégico, está muy avanzado en su ejecución. El propio examen de los datos de la ciudad en el Plan Estratégico nos dice que la actividad económica en Valencia ciudad ha crecido un 17%, que el desempleo está bajando como nunca. Nos queda, en el tema de infraestructuras, resolver la cuestión ferroviaria.

P. Aun así, la oposición dice que hace política de celofán.

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R. Si al celofán se le llama incrementar de dos a cuatro los metros cuadrados de jardín por habitante, si es el Palacio de Congresos y la urbanización del polígono de Ademuz... pues es un celofán que contiene una realidad. Han sido años históricos en la inversión en Valencia. Nunca se habían producido las inversiones que ha hecho el Ayuntamiento y nunca se había producido una actuación de motor hasta el punto de generar un grado de confianza en la gestión municipal que ha movido a la iniciativa privada, que está transformando la ciudad.

P. ¿A cuántas inauguraciones ha asistido en los últimos meses?

R. He presidido muchas porque he hecho muchas obras.

P. ¿No hay demasiadas farolas en Valencia?

R. Es una cuestión subjetiva. Desde el avión, Valencia está preciosa.

P. ¿No es precisamente esa la función de las farolas, que se vea Valencia desde el cielo?

R. He dicho lo de Valencia desde arriba porque la fotografía aérea muestra una ciudad preciosa. Las farolas están para dar luz. Y no sólo para ver; también hay condiciones estéticas: la propia iluminación está siendo un motor de la limpieza de las fachadas. Y hay una función disuasoria en relación con la delincuencia. Pero no hay más que salir a la calle y ver cómo los vecinos piden farolas.

P. Al PP se le critica porque ha desarrollado el Plan General de forma parcial, cubriendo lo referido a la construcción de viviendas y dejando de lado los equipamientos.

R. El que hace esa crítica se olvida de los equipamientos que hemos hecho, que han sido muchísimos. En cultura, en zonas verdes, en asistencia social y en todos los demás campos. Estamos poniendo una biblioteca en cada barrio, centros de mayores, de actividades, residencias, centros de juventud, instalaciones deportivas... La pregunta la hago yo: ¿Y el alcantarillado, qué? Si hubieran hecho el alcantarillado antes, podríamos haber metido los 35.000 millones arriba.

P. ¿Cuál es el modelo de ciudad de Rita Barberá?

R. Es una cantinela de la oposición que no lo tenemos. Nuestro modelo es el de una ciudad que, respetando su historia, quiere dedicarse a los servicios y al comercio. Una ciudad educadora en los valores de la convivencia, de la paz, de la salud, del cuidado del medio ambiente, generadora de empleo, accesible, solidaria, una ciudad armónica y equilibrada.

P. Si gana, ¿será este su último mandato? ¿Tiene algún delfín?

R. De delfines, nada, no soy un delfinario. De todas formas, aquí tienen que decidir los ciudadanos. Yo conozco las encuestas y lo que me indican es que que hay una cierta satisfacción con la gestión. Pero la auténtica encuesta es el día 13. Si los valencianos nos dieran una vez más la confianza y fuera alcaldesa, cosa que deseo, sí que me he planteado que con este mandato se cumplirá una etapa.

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