Fotos e imágenes
PACO MARISCAL Inauguran, acuden, corren, vuelan, atraviesan puertos de montaña y circulan febrilmente por las carreteras. Incesante actividad en busca de una secuencia de imágenes, de una foto, de un halago publicitario y electoral. Ni es un comportamiento nuevo ni sorprendente de quienes detentan el poder, es decir, el PP, pero nuestra derecha ha convertido en amagos publicitarios cuanto hicieron las administraciones autonómicas anteriores en vísperas electorales. A guisa de ejemplo, la inquieta y andariega Esperanza Aguirre, hoy presidenta del Senado y ayer ministra de Educación de José María Aznar, estuvo el miércoles en Castellón. Y en un solo día estuvo en el Ayuntamiento y tuvo foto, estuvo en la Diputación y tuvo foto, estuvo en la concatedral y tuvo foto, estuvo donde la cerámica y tuvo foto, estuvo donde Cabanes con las amas de casa provinciales y tuvo foto preelectoral. Tanto ajetreo y trabajo aturden y marean hasta tal extremo que, en ocasiones, la foto se convierte en dislate. Y así fue cuando la inasequible al desaliento Esperanza Aguirre visitaba las dependencias del Ayuntamiento de la ciudad. Le mostraban sus correligionarios y anfitriones los cuadros de los hijos predilectos de la capital de La Plana, y llegados que fueron ante el retrato del guitarrista Francisco Tárrega i Eixea, nacido en Vila-real en 1852 y fallecido en Barcelona en 1909, se interesó la ex-ministra de Educación por el compositor de odaliscas, danzas moras y recuerdos de la Alhambra, y preguntó si el ilustre valenciano de los preludios, mazurcas y variaciones para guitarra había fallecido recientemente. José Luis Gimeno, alcalde y candidato del PP a la alcaldía, le musitó entre dientes que hacia algunos años de eso. La anécdota jocosa no pone de manifiesto que la presidenta del Senado supere en la realidad a la figura guiñolesca que la representa en la ficción de Canal +. La muñeca Aguirre afirma de tanto en tanto entre otros títeres que un tal Calderón de los Sueños fue el autor dramático que escribió La vida es una barca. Tampoco cabe achacarle a la ex-ministra de Educación la carencia de determinados conocimientos musicales. Hacer tal cosa tendría un tinte malicioso y sin fundamento, porque al cabo no fue Esperanza Aguirre alumna de la ESO en una escuela pública, donde los adolescentes aprenden procedimientos y conocimientos y acaban casi sin los unos y casi sin los otros. No, se trata sin duda del ajetreo y de la foto publicitaria; del aturdimiento que provocan las frenéticas carreras preelectorales y electoralistas con que bombardean al vecindario los actuales dirigentes del PP; es eso cuanto desdibuja la foto y convierte lo anecdótico en dislate trivial. Tan trivial como el periodo inaugural que vivimos. Tan ridículo como la corte de querubines, serafines y potestades que se amontonan para cortar la cinta de cuatro kilómetros escasos de carretera entre Castellón y Benicàssim. Apabullan con tanta exhibición de cintas y obras entre las que no se encuentran los barracones escolares que se multiplicaron como setas los últimos cuatro años; olvidan las críticas que en este sentido le hacían a la anterior Administración de Joan Lerma, aun cuando, si se compara, apenas fue la Administración de Lerma aprendiz en un oficio publicitario del que la derecha se nos muestra maestra. Ignoran que muchísimos electores no se quedan fascinados ante esos fuegos artificiales, porque tienen ojos y cabeza y no le prestan atención como canarios mudos.
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