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Reportaje:

Ràdio 9 o el escándalo de las listas negras

La hermana pobre y pequeña de RTVV es la emisora de radio. Su modesta audiencia se ha venido abajo con la supresión de su espacio más popular, Bikini Club, un programa vespertino que, a petición de los oyentes, difundía la música bakalao por la Comunidad Valenciana. Con todo, los últimos cuatro años de Ràdio 9 no han venido marcados por la singularidad del que fue su director hasta septiembre, Francisco Mora -ahora candidato del PP a la alcaldía de Granollers (Barcelona)-, ni por lo sesgado de su línea informativa (hay unanimidad a la hora de destacar la imparcialidad de sus noticiarios) sino por la elaboración de una lista negra de periodistas que fue considerada por los profesionales como uno de los más graves atentados cometidos últimamente contra la libertad de expresión. El ex jefe de informativos y ex responsable de explotación de la emisora, Santiago Lumbreras y José Ramón Varó, encargaron en marzo de 1996 al jefe de programas, Pasqual Martorell, la elaboración de una lista de redactores desafectos al PP, porque "se ha abierto la veda", denunció este último en un informe. Lumbreras y Varó (el primero sigue trabajando para la Generalitat en Alicante) aprovecharon "el momento" de "hacer una plantilla a nuestra medida". "Para que luego no nos podamos quejar", añadían. Mora y Martorell atajaron el escándalo, que fue seguido de la enérgica protesta de la redacción de Ràdio 9 -que exigió "la depuración" de responsabilidades- y de la del comité de empresa de RTVV, que solicitó la apertura de un expediente a los dos impulsores de la caza de brujas.

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