Juana Serna
Juana Serna, presidenta de la comisión gestora del PSPV, parece consolidarse como un valor orgánico y político en el partido. Pero tan sólo es un espejismo que se prolongará hasta que se reemprenda la lucha por el poder. Mucho le convendría no ilusionarse con su actual mando en plaza. Antonio Bascuñán, candidato de UV a las Cortes por la provincia de Alicante, tiene la difícil y, hoy por hoy, imposible misión de vender su mensaje en aquellas comarcas. Pero él echa mucho entusiasmo, sobre todo poniendo a caldo al PP, lo que aumenta la confusión de su clientela potencial. Ana Noguera, candidata del PSPV a la alcaldía de Valencia, no ha tenido pelos en la lengua para replicarle a Felipe González recordándole que ella no ha dejado de trabajar sin desmayo desde que emprendió el tajo electoral y, además, ha roto una lanza por Borrell. O sea, que anda bien equipada de coraje y de lealtad. ¡Ay!, si tuviese un partido entonado y presupuesto bastante...
Juan Cotino, director general de Policía, ha tropezado con alguna resistencia para desarrollar el plan de seguridad que lleva su nombre, no obstante los resultados positivos que se han conseguido, según fuentes oficiales. Donde no encuentra trabas es para inspirar el urbanismo de la ciudad de Valencia donde, al decir de los enterados, sus empresas y sus criterios gozan de una relevancia privilegiada. Manuel Serrano, candidato del Partido Popular a la alcaldía de Elche, es mayoritariamente reconocido por el electorado ilicitano como una persona que concita la calidad humana y la inoperancia política. Es posible que sea un buen gestor municipal, pero está por demostrar. Lo bien cierto es que al frente de la oposición ha procedido como un bendito a fuerza de no ejercerla. En realidad, él mismo constituye el obstáculo más eficaz para conquistar esa alcaldía. La coalición gobernante le está muy agradecida.
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