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Entrevista:JORDI DE JUAN

CANDIDATO DEL PP El joven bólido de la nueva escudería del PP

Jordi de Juan Casadevall, de 32 años, asegura que no cree en la política como mercadotecnia, pero su designación como candidato a la alcaldía de Girona le ha convertido en la nueva imagen del PP en la ciudad, en el as más fulgurante de una decidida apuesta que recientemente ha reemplazado a la cúpula del partido en la ciudad con el objetivo de incrementar su implantación. La primera meta consiste en hacer un buen papel en las municipales, pero el éxito de la carrera pasa por borrar la mancha negra de Girona en el expediente estatal del PP: conseguir que deje de ser la única provincia española sin representación en el Congreso. Jordi de Juan, casado y con un hijo, posee un brillante expediente académico y una indudable capacidad de estudio, que le permitió superar las duras oposiciones de abogado del Estado a los 28 años. Se afilió al PP en el año 1991, y a los cargos de vicesecretario de organización de la provincia y presidente de la junta de la ciudad de Girona añadió, el pasado mes de marzo, su condición de candidato a la alcaldía. Nacido en L"Escala (Alt Empordà), De Juan vive en Girona desde que tomó posesión de su plaza en el cuerpo jurídico de la Administración, y en la ciudad también imparte clases en la UNED. La pregunta parece obligada: ¿tres años de residencia dan para conocer una ciudad y optar a su alcaldía? El candidato defiende su competencia y argumenta que Girona ha sido desde siempre su capital cultural y lúdica. Una ciudad ideal en la que se vive bien pero en la que, advierte, "se podría vivir aún mejor". También alude a la gran atracción que desde siempre ha sentido hacia la ciudad, forjada en lecturas juveniles: el libro de recuerdos de Josep Pla y la "Girona dramática" que describe Josep Maria Gironella. Cuando se le pregunta si se considera el candidato mejor preparado entre todos los militantes del PP para optar a la alcaldía, responde: "Estoy suficientemente preparado para enfrentarme a Joaquim Nadal". De Juan no tiene reparos en reconocer que nunca ha asistido a ningún pleno municipal, pero atribuye a CiU la falta de oposición con la que, en su opinión, gobierna el actual alcalde, que empezó su mandato cuando él tenía sólo 12 años. El candidato aprovecha la mención de Nadal para defender la limitación de los mandatos municipales, listón que evidentemente situaría por debajo de los 20 años que acaba de cumplir en el cargo el actual alcalde. El PP consiguió en Girona dos concejales en las municipales de 1991 y tres en las de 1995, y las recientes encuestas le atribuyen entre dos y cuatro. De Juan, que parece saberse todas las respuestas del libro gordo del PP, asegura que se ha metido en política por vocación de servicio y no entiende que su práctica pueda seguir cayendo en el descrédito, siempre que sea tomada "como ejercicio de la razón", según definición de Azaña. El candidato es capaz de describir con meridiana precisión su ideología: "Estoy en política por un compromiso centrista fundamentado en dos ideas básicas: en la necesidad de generar riqueza y crecimiento económico, y en la política solidaria dirigida a distribuir esa riqueza y a limar las injusticias". Destaca "la ilusión" como la diferencia esencial respecto al resto de los programas y desgrana parte de un decálogo que marca las líneas maestras de su política municipal: descentralización del pacto local, regiduría de la mujer, fomento del comercio local, menos impuestos y más seguridad. De Juan vivió en primera línea el bochorno que supuso para los militantes del PP que su líder y presidente del Gobierno, José Maria Aznar, fuera abucheado e increpado en su reciente visita a la ciudad. "Fue un acto lamentable que pone de manifiesto dónde está el centrismo y la voluntad de diálogo, y dónde el radicalismo y la intolerancia", afirma. De Juan niega que, por un supuesto rechazo social, se haga difícil ser del PP en Girona. Y acompaña esta negativa con una frase que parece extraída de un mitin de Aznar: "Difícil ser del PP? Al contrario. Cuando baja la inflación, el paro, los intereses hipotecarios, el gas... es muy fácil ser del PP". De Juan hace suya la advertencia de Aznar sobre el peligro de los "nacionalismos excluyentes" y, siguiendo el hilo del discurso desgranado por su líder en Girona, la matiza autocalificándose de catalanista: "De un catalanismo que, sin renunciar a la catalanidad, participe en el proyecto global que es España".

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