_
_
_
_

Inseguridad y espárragos verdes

A las once de la mañana de un jueves de mayo las calles de Loja (Granada) no presentan la animación que se espera en un municipio en el que viven en la actualidad 20.143 almas. Unas mujeres conversan delante de un portal de camino a la compra y algunos de sus 3.829 pensionistas descansan en los bancos de un parque calentándose bajo el tenue sol primaveral. Los únicos que sí parecen avanzar son los enormes números rojos del reloj digital ubicado en la Plaza de la Victoria. Pero la sensación de movimiento desaparece cuando el aparato muestra la fecha y asegura que la ciudad vive en martes, con dos días de retraso sobre el calendario real. Esta falta de dinamismo de Loja, ubicada en el centro de una de las provincias con renta per cápita más bajas del país, es la que también achacan al Partido Popular, el PSOE y el partido independiente Convocatoria por Loja. El PP gobierna esta ciudad granadina desde 1995 con mayoría minoritaria de nueve sobre 21 concejales. La oposición considera que el alcalde, Manuel Torres, no ha sido capaz de reivindicar ante la Administración central y la autonómica las inversiones que el municipio necesita. "Su única iniciativa ha sido construir unos urinarios", asegura con sorna el candidato socialista, Miguel Castellano. El primer edil, por el contrario, sostiene que los grandes problemas que acucian a Loja son el legado de 16 años de gobierno municipal del PSOE. "Hemos rebajado parte de la deuda de 2.000 millones de pesetas que los socialistas dejaron en el Ayuntamiento y también hemos pagado 300 millones que se debían a la Seguridad Social", enumera el alcalde. Sin embargo, Manuel Torres reconoce que todavía queda mucho por resolver. El paro y la inseguridad ciudadana, por ejemplo. Loja, cabecera de la comarca del Poniente granadino, es una ciudad de servicios. Al calor de la autopista A-92, que la circunda, se han abierto áreas de descanso, con alojamientos, restaurantes y talleres. Existen 800 camas y dentro del término municipal se encuentra el hotel La Bobadilla, el único con cinco estrellas que existe en la provincia. En sus dos polígonos industriales, Manzanil 1 y Frontil, están ubicadas parte de las 427 empresas instaladas en la localidad. Pero es la agricultura el sector que sustenta la economía del lugar. Al olivo y los cereales se ha unido en los últimos años el cultivo del espárrago verde, que se cría en parte de los 16 anejos con que cuenta Loja. A pesar de que los datos oficiales reflejan que el desempleo ha descendido del 19% en 1995 al 11% en diciembre de 1998, esta zona es la que más dinero recibe del Plan de Empleo Rural (PER): 500 millones en los últimos cuatro años y otros 129 asignados ya para 1999. Al igual que el paro, la estadística señala que también la población de este municipio se ha reducido en alguna medida. La causa de este descenso podría ser la inseguridad ciudadana que se respira en sus calles, debida al tráfico de drogas, heroína y cocaína, sobre todo. Los populares han conseguido atajarla en parte creando unidades de policía especiales, pero el problema seguirá pendiente para quien gobierne durante los próximos cuatro años. Por primera vez, en Loja concurrirán a unas elecciones cinco partidos. Los andalucistas estrenan candidato en este municipio e Izquierda Unida vuelve tras la espantada de sus ediles: en febrero de 1998, los cuatro representantes que obtuvo en los comicios de 1995 abandonaron el partido y constituyeron la formación independiente Convocatoria por Loja. Fueron estos mismos cuatro concejales los que ofrecieron tras las elecciones un caro pacto de izquierdas al PSOE, reclamando para sí la alcaldía. Las cuatro formaciones citadas, junto al PP, deberán afrontar las carencias de infraestructuras básicas que ellas mismas denuncian: falta de equipamientos educativos, culturales, deportivos y urbanos. Aunque para ello necesiten el aplomo de su paisano, el moderado general Narváez. Y no el inmovilismo de su estatua, erigida en el centro del municipio.

La oposición dice que la única iniciativa del alcalde popular ha sido construir urinarios públicos

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_