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Gil quiere presentar el PGOU de Marbella justo antes del inicio de la campaña electoral La Junta no lo aprobará antes del 2000

El Ayuntamiento de Marbella trabaja a marchas forzadas para terminar la próxima semana el texto refundido del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la localidad. El alcalde, Jesús Gil y Gil, ha declarado a EL PAIS que "el plan se presentará a finales de la semana que viene". Previamente tendría que aprobarlo en un pleno municipal. En todo caso, la intención de Gil es presentarlo en la Delegación de Obras Públicas de la Junta antes del viernes, coincidiendo con el inicio de la campaña.

Los técnicos municipales y los de la Consejería se han reunido sólo una vez, a finales de marzo. Una reunión posterior de carácter político, pedida en abril por el Ayuntamiento fue rechazada por la Junta. La Comisión Provincial de Urbanismo de Málaga denegó la revisión del PGOU de Marbella presentada en julio del año pasado. El Syuntamiento pretendía declarar como nuevo suelo urbanizable unos 30 kilómetros cuadrados, pero se rechazó la operación en la mitad de este territorio, incluidos 11 kilómetros cuadrados de terrenos forestales de alto valor ecológico, que deben quedar protegidos en el texto refundido. Ahora las autoridades urbanísticas mirarán con lupa el texto refundido y no desbloquearán las licencias en la parte del PGOU que está en suelo urbano consolidado, hasta que no se dé el visto bueno global a todo el plan. Se seguirá como hasta ahora, que sólo se puede actuar legalmente en aquellas zonas que cumplen con el plan de 1986. Para la directora general de Urbanismo de la Junta, Josefina Cruz, "Marbella tenía un buen modelo de ciudad, con zonas verdes abundantes y áreas residenciales bien distribuidas; desde luego es posible cambiar ese criterio en algún sitio, lo alarmante del plan de Gil era que convertía en sistemática la destrucción de esta estructura urbana". Incendios recientes La revisión del PGOU de Marbella de 1998 fue rechazada también porque declaraba urbanizables zonas que habían sufrido incendios recientes o que no tenían infraestructura suficiente. El plan de Gil permitía la construcción de cuatro grandes torres en el centro del municipio, y pasaba 1,5 kilómetros cuadrados de suelo no urbanizable directamente a urbano, obviando la contrucción de calles y saneamientos. Se saltaba así la categoría de suelo urbanizable, con dos inconvenientes para la comunidad: primero, que en el caso de suelo urbano se podría construir a 20 metros de la línea de costa, mientras que en un suelo urbanizable sólo se da licencia a partir de 100 metros. En segundo lugar, en un suelo urbanizable es necesario ceder al municipio al menos un 10% del terreno, además de espacio para las calles. En el caso del suelo urbano no hay estas obligaciones. El plan rechazado era el compendio de una serie de convenios que el Ayuntamiento había ido realizando con distintos particulares desde 1991. Hace un año los convenios eran 255. Ahora la cifra puede estar por encima de los 400. Alguno de estos convenios ha dado lugar a licencias que han sido denunciadas por una plataforma ciudadana o diversas organizaciones políticas como Los Verdes, el PSOE e IU. Pero muchas de las más de 60 denuncias por delito contra la ordenación del territorio o contra el medio ambiente han sido archivadas. El argumento habitual de jueces o fiscales ha sido que el delito urbanístico no estaba tipificado en el anterior Código Penal. Ahora el refundido que está terminando el Ayuntamiento tendrá que pasar por un período de información pública, de un mes, para que los ciudadanos puedan hacer alegaciones. Este proceso podría dar lugar a unas primeras modificaciones. También la Comisión Provincial de Urbanismo tendrá que pedir informes sectoriales, entre otros de costas y carreteras. Cuando todos estos trámites estén cumplimentados, la Comisión tiene seis meses de plazo para tomar una decisión, por lo que en el mejor de los casos este plan de ordenación urbana no estará aprobado antes del año 2000. MÁS INFORMACIÓN EN PÁGINA 3

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