Detenidos 8 nacionalistas en pleno escándalo de la "guerra sucia" en Córcega
El escándalo político por el incendio del restaurante de playa corso Chez Francis, llevado a cabo por gendarmes franceses, no acaba de ser dominado. Cuando parecía que del caso no quedaban ya más que las brasas, la oposición y el propio ex prefecto de Córcega, Bernard Bonnet, han soplado al unísono sobre los rescoldos reavivando el fuego político. Mientras la derecha retoca la moción de censura al Gobierno que piensa presentar el martes próximo, Bonnet amaga, desde la prisión de La Santé, con desvelar supuestas actuaciones turbias de "dos ex ministros" de gobiernos conservadores que, al parecer, no son otros que François Léotard y el actual presidente de la Asamblea corsa, José Rossi. En las semanas previas al incendio, ambos criticaron el comportamiento de Bonnet y presionaron para que se pospusiera, como así fue, el derribo de los locales playeros construidos ilegalmente. Paralelamente, estimulada quizá por un Ejecutivo necesitado de un éxito incontestable, la sección antiterrorista de la Policía Judicial, que dirige el comisario Roger Marion, ha detenido a los presuntos responsables del asesinato del antiguo prefecto Claude Erignac. La opinión pública francesa, y mucho más la corsa, está habituada a la serie que comienza con arrestos espectaculares y termina con discretas excarcelaciones por falta de pruebas, pero es posible que esta vez los cargos tengan mayor calado.Por primera vez desde los arrestos masivos desatados tras el atentado contra Erignac, el 6 de febrero de 1998, la justicia ha encarcelado a un presunto cómplice de aquel asesinato. El sospechoso, Mathieu Filidori, acusado de haber redactado el texto de reivindicación de la muerte de Erignac, ya fue detenido y procesado con anterioridad por "asociación de malhechores" y por malversación de fondos públicos.
Su encarcelamiento ha dado paso al arresto de otras siete personas, entre ellas Alain Ferrandi, un veterano de la militancia nacionalista violenta a quien los hombres de Marion vigilaban desde hace meses. El perfil de los detenidos encaja con ese grupo radicalizado, disidente del terrorismo del FLNC (Frente de Liberación Nacional de Córcega), surgido de la asociación entre teóricos del nacionalismo, como el profesor Jean Castela, y jóvenes agricultores corsos, y al que se atribuye el asesinato de Erignac.
El antiguo director de gabinete de Bonnet, Gérard Pardini, ha declarado que la orden de incendiar Chez Francis, y otras acciones similares en preparación, provinieron del propio prefecto, sin que existiera, a su juicio, instrucción alguna de París. Pardini, también encarcelado, ha dicho que el fuego que destruyó el bar de playa fue encendido, materialmente, con el mechero negro del prefecto prestado para la ocasión.
Bonnet, sin embargo, negó ayer las acusaciones de sus antiguos colaboradores. En una comparecencia de más de seis horas ante el juez de Ajaccio Patrice Camberou, que se desarrolló en París, el exprefecto de Córcega dijo que no dio "la orden formal" del incendio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.