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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Desagradable sorpresa

Con ocasión de mi reciente visita a la Dirección General de la Guardia Civil, en la calle de Guzmán el Bueno de esta capital, pude constatar con cierta incredulidad cómo la democracia aún no ha llegado a un colectivo de 70.000 hombres y mujeres. Mi intención era admirar las instalaciones del Museo y Servicio Histórico de la Guardia Civil, y la previsible admiración se tornó en desagradable sorpresa cuando contemplé, en lugar privilegiado junto a la entrada a la biblioteca central, un gran retrato del general Franco donde sólo hay retratos de los anteriores directores generales de este cuerpo.Igualmente me sorprendió encontrar en la llamada Sala de Banderas un busto en bronce del dictador y, al entrar en dependencias del museo, comprobé con estupor que sólo se tilda de héroes a aquellos guardias civiles que lucharon en el llamado bando nacional de nuestra guerra civil y se omite toda referencia a los que permanecieron fieles a la II República, ignorando el motivo de tan increíble "olvido".

Además, mientras contemplaba diversas armas blancas históricas, en la misma puerta de la biblioteca central de la Guardia Civil fui testigo de cómo dos agentes uniformados de este cuerpo eran humillados, vejados e insultados por un individuo con bigote hitleriano que, además, vestía de paisano y que decía ser el sargento jefe de la citada biblioteca, todo ello en virtud de una supuesta omisión del saludo militar que, sinceramente, no observé por ninguna parte.

No entiendo cómo en unas dependencias en las que trabajan miles de agentes uniformados y de paisano, un sargento de biblioteca sin uniforme puede exigir ser saludado militarmente a dos agentes de la Agrupación de Tráfico, faltarles al respeto y encima alardear de ser "antidemócrata". Y yo me pregunto, ¿qué cauce tienen esos agentes de la Guardia Civil para defenderse de abusos semejantes?

No me extraña que, frente a ciertos fascistas, la mayoría de los agentes reclamen libertad sindical, y, como demócrata, les deseo que lo consigan pronto.-

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