_
_
_
_

Los mexicanos de California exigen a Zedillo poder votar en el 2000

Juan Jesús Aznárez

Definitivamente, el último viaje oficial del presidente Ernesto Zedillo es singular y trascendente, porque visita California, un Estado que perteneció en parte a la Corona española, fue arrebatado por las armas a México en el siglo XIX, y en él prosperan, malviven o protestan siete millones de mexicanos, compatriotas que le reclaman mayores intercambios económicos, poder votar en las elecciones del 2000, protección ante los abusos de los empleadores estadounidenses o una solución negociada al problema de Chiapas.

Ernesto Zedillo fue especialmente distinguido y pronunció un discurso en el Congreso del Estado más rico de EEUU, un territorio donde la población latina alcanza el 30%, y donde la cultura de origen mexicano confluye desde hace generaciones con la norteamericana, y con ella choca frecuentemente. Visitó un Estado, octava potencia mundial en términos macroeconómicos, donde los nacionalistas temen que, con la visita de su presidente, México pretende ampliar su influencia en tierras que fueron propias. El grupo Ciudadanos Unidos se pronunció ruidosamente contra el "expansionismo mexicano".El presidente, a quien varias airadas manifestaciones en Sacramento, San Francisco o Los Ángeles le imputaron agravios pasados y presentes, prometió mayor atención a los braceros que cruzaron la frontera huyendo de la pobreza, y se reunió con empresarios y con los delegados de las ciudades que agrupan la mayor comunidad mexicana después de Ciudad de México.

Las diferentes reacciones a la visita presidencial ilustran sobre los sentimientos y cambios de mentalidad. "Es como si viéramos a un familiar ausente durante mucho tiempo", declaraba un californiano de origen azteca. Los más moderados pedían estrechar relaciones, no perder los vínculos patrios.

Pero la militancia política mexicana en Californa reclama el derecho a votar en las presidenciales del 2000. No será fácil que lo logre. El Gobierno de Zedillo, entre otras razones, aduce problemas logísticos, las dificultades de procesamiento de los millones de votos nuevos. Las razones de fondo parecen ser otras. La mayoría de los inmigrantes votarían por la oposición, por el Partido de la Revolución Democrática, y esa masiva entrada de votos hostiles en las urnas podría desequilibrar negativamente el caudal de sufragios priístas.

El ministro del Interior, favorito del PRI

El ministro del Interior mexicano, Francisco Labastida, parte como favorito en la campaña interna por la nominación del candidato del oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) que competirá en las elecciones presidenciales del 2000, y es probable que otros precandidatos renuncien a su favor. De hecho, ayer, Esteban Moctezuma, ministro de Desarrollo Social, fue el primero en comunicar su renuncia a la candidatura.Labastida, de 57 años, que fue gobernador de Sinaloa, secretario de Agricultura y embajador en Portugal, es considerado el candidato del sistema, y debe desbancar a cinco aspirantes de su propio partido. El mejor situado es Roberto Madrazo, gobernador de Tabasco, a quien supuestamente apoyan el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y el poderoso operador político Carlos Hank González.

El académico y comentarista político Jorge Castañeda, autor del libro La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México, comentaba ayer a este diario que todo esta hecho: Labastida es el hombre de Zedillo, así lo percibirá la disciplinada militancia priísta y votará por él en la consulta popular del 7 de diciembre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_