Vaivenes ideológicos en el Guadalquivir
Los viejos del lugar están sorprendidos por la evolución ideológica que ha experimentado en los últimos años Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), núcleo de referencia antifranquista, que con la llegada de la democracia volcó su confianza en el Partido Comunista, y que ante las próximas elecciones locales promete ser escenario de un duro enfrentamiento entre el actual gobierno local, del PSOE, y un pujante PP, que abriga esperanzas de alcanzar mayoría. La legislatura que está a punto de concluir ha estado salpicada de episodios de convulsiones internas en los partidos: PP, PA e IU han sufrido bajas en sus representaciones municipales, fruto de diferencias internas. En su gestión, Sanlúcar también ha deparado dos intensos y agrios episodios que aún no se han cerrado. El llamado caso Teherán, referido a la denuncia de un funcionario sobre un presunto caso de "prácticas irregulares en la intervención municipal", vinculadas a simulaciones de contratos inexistentes. La oposición ha denunciado también las presuntas prácticas ilícitas del jefe de la Policía Local, Antonio Coronilla, al que acusan de haber aconsejado la venta de droga en el mercado negro con el fin de atrapar a un traficante. El PSOE ha negado estos hechos y sostiene que la oposición pone en marcha "políticas obstruccionistas". En la otra cara de la moneda, Sanlúcar ha desarrollado un centro de relaciones económicas con el Magreb que viene a afianzar los lazos comerciales con Marruecos, y ha aplicado medidas de fomento de dos de los pilares tradicionales de la economía local: la agricultura y la pesca. En el primer caso, las mejoras han venido propiciadas por la canalización de nuevos sistemas de regadío, y en el segundo por la concesión de ayudas dirigidas a la modernización de la potente flota local. Con una población de 61.382 habitantes, Sanlúcar se ha consolidado como un centro turístico de primera magnitud. Su situación geográfica, en la desembocadura del Guadalquivir, y su riqueza gastronómica y vitivinícola ha propiciado el crecimiento de un sólido sector turístico, que en los dos últimos años se ha visto perjudicado por los efectos de la riada tóxica de Aznalcóllar, que, una vez tratada fue evacuada al mar a través de Sanlúcar. Esta circunstancia fue aprovechada por el sector pesquero y el Ayuntamiento para reclamar líneas de ayuda, que han concluido con la declaración de Sanlúcar como "ciudad piloto para el desarrollo de un plan de dinamización turística", programa que facilitará ayudas para la rehabilitación de edificios y la promoción de los recursos locales, en una actuación que compromete a la Junta y al Gobierno central. El otro gran proyecto en marcha es el complejo turístico auspiciado por Alfonso de Hohenlohe, que una vez aprobado el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) se encuentra ya en fase de urbanización del suelo de la loma de Martín Miguel, con el trazado de las calles y las instalaciones de saneamientos y comunicaciones. La ciudad recibirá una inversión de 25.000 millones de pesetas. La alta inversión comprometida es, a pesar de todo, una cifra que los ecologistas consideran insuficiente por el "precio medioambiental" que supondrá la presencia del macrocomplejo, con un campo de golf y una urbanización de alto nivel en las proximidades de Doñana. La aprobación del PGOU es uno de los pilares en los que basa su actuación futura el PSOE. Las numerosas actuaciones programadas trasformarán el entramado metropolitano y lograrán unir las zonas periféricas con el centro urbano, según los redactores del programa electoral. El PP basará su oferta en exponer al electorado un ejercicio comparativo que demuestre el que consideran "alto grado de desarrollo experimentado por ayuntamientos vecinos gobernados" por ellos. IU dirige su mensaje a mujeres y jóvenes, con propuestas de empleo y vivienda, mientras que el PA pretende "afianzar nuevas infraestructuras de fomento del sector industrial".
