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La autopsia liga el mal estado de salud del indigente de Getxo con su muerte

El informe de la autopsia de Alejo Aznar, el mendigo muerto el pasado 24 de abril en Getxo tras ser golpeado por un grupo de jóvenes, concluye que el fallecimiento se debió a una hemorragia interna producida por el "estallido y rotura amplia" del bazo que le causó un golpe en la espalda. El informe relaciona la muerte, de "naturaleza violenta", con el deterioro físico de Aznar, que pesaba 45 kilos para su 1,70 de altura, era seropositivo y presentaba "muy mal estado higiénico nutricional".

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De detenidos a testigos

El informe, remitido ayer al Juzgado de Instrucción número 3 de Getxo, que tramita la causa, concluye que Aznar no llegó a defenderse. "Se trata de muerte debida a un shock hipobolémico [hemorragia interna] por rotura esplénica [de bazo]". Éste el punto primero de un total de cuatro de las conclusiones del forense. A renglón seguido resalta que, "por las lesiones orgánicas halladas en el examen necrópsico, puede establecerse que se trata de una muerte de naturaleza violenta y compatible con un mecanismo de traumatismo en región dorso lumbar izquierda". Este golpe en la espalda es el que desencadenó la rotura de bazo y la muerte. Fue propinado presuntamente a Aznar por A. G. P. de 16 años, quien se autoinculpó, actualmente en libertad bajo fianza de 5 millones. La fiscal solicitó ayer al juzgado la revocación del auto de libertad bajo fianza de este joven, quien el pasado día 11 dejó la prisión de Martutene. La fiscal argumenta la existencia de "alarma social" y la gravedad de los delitos imputados. A la petición se sumará en los próximos días la acusación particular, que representa a la madre del mendigo. "Nadie quiere ver a un joven de 16 años en la cárcel, pero no se trata de una travesura, sino de uno de los delitos más graves que existen", argumenta. La autopsia refleja "la ausencia de lesiones o signos de lucha o defensa" en el cadáver. La fiscal ya señaló que "Alejo no trató de defenderse, sino de cubrirse la cabeza con las manos". Los acusados habían reconocido ante el juez que oyeron "gritos de dolor" de Aznar. Un punto considerado fundamental tanto por las defensas como por la acusación, aunque de manera diferente, es el que alude a la relación causa-efecto entre el deterioro físico del indigente toxicómano y los golpes que se le propinaron. El informe del forense concluye que "existe una patología previa que puede considerarse incurrente con la causa del fallecimiento". Previamente, el escrito incide en que su estado higiénico y nutricional era muy malo y para demostrarlo señala que Aznar pesaba 45 kilos cuando su estatura era de 1,70. El forense apreció también "varias punciones antiguas y recientes", huellas de su adicción a las drogas. El informe parcial señala que el cuerpo no presentaba lesiones exteriores graves -"las lesiones reales impresiona de escasa entidad"-. El forense las califica en su documento de "lesiones exteriores mínimas" y "pequeñas erosiones". La fiscal, la acusación y varios testigos han coincidido en que los menores propinaron varias patadas a la víctima. Los jóvenes, salvo uno, lo negaron. La acusación entiende que el resultado de la autopsia "es aclaratorio porque establece una relación directa entre la hemorragia que causó la muerte y los golpes en la espalda". Las defensas creen que hay que determinar si una persona sana habría muerto por esos golpes.

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