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Tres butroneros desvalijan la caja fuerte de un banco

Prepararon un golpe limpio por el procedimiento del butrón pero al final tuvieron que emplear las armas. Tres butroneros desvalijaron a punta de pistola la caja fuerte y el cajero automático de la sucursal del Banco Zaragozano ubicada en el número 51 de la avenida de la Albufera, en el distrito de Vallecas, según la Jefatura Superior de Policía.Los ladrones entraron en la sucursal por un butrón abierto desde las alcantarillas, pero no tuvieron tiempo suficiente para finalizar su trabajo en la madrugada del domingo al lunes. Los delincuentes esperaron a que los empleados del banco abriesen la entidad a las ocho de la mañana. Los butroneros les recibieron armados con dos pistolas y una escopeta. Uno de los asaltantes encañonó al director de la sucursal y le obligó a abrir la caja fuerte y el cajero automático. Recaudaron 6.300.000 pesetas y luego encerraron a los trabajadores en un antiguo almacén ubicado en la planta baja de la sucursal para escapar sin prisas por el mismo lugar por el que entraron.

Los ladrones habían preparado muy bien el golpe. Levantaron la tapa de una alcantarilla de la acera situada frente a la sucursal y bajaron al subsuelo. Allí sólo les separaba un muro de 50 centímetros de la planta sótano de la sucursal del Banco Zaragozano. La policía sospecha que antes de entrar desconectaron las alarmas de la sucursal.

Entre la madrugada del domingo y el lunes abrieron el agujero que les permitió acceder a la sucursal. Su idea, según la reconstrucción policíal de los hechos, era reventar las cajas de seguridad. Pero el tiempo se les echó encima y optaron por el método más tradicional. Amenazaron a los tres empleados en el momento que entraban en la oficina y les encerraron en un cuarto del sótano empleado habitualmente como almacén. A las ocho y veinte de la mañana huyeron por el camino que emplearon para entrar. Levantaron otra vez la tapa de la alcantarilla y la volvieron a colocar sin despertar ninguna sospecha entre los peatones o los camareros de un bar cercano. Nadie recuerda haberles visto ni entrar ni salir.

Los empleados fueron liberados a las 10.20 gracias a que la señora encargada de la limpieza se cansó de esperar en la puerta y alertó a la policía. Ninguno de los empleados sufrió daños. La oficina abrió al mediodía.

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